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Hípica

Carolina Aresu García-Obregón, el oficio de montar y "fabricar caballos"

La hija del coreógrafo y productor italiano Giorgio Aresu y de Amalia García-Obregón "construye" caballos, los revaloriza y los vende

Carolina Aresu García-Obregón Lua Onraita

Carolina Aresu es hija del coreógrafo y productor italiano Giorgio Aresu y de Amalia García-Obregón. El entorno familiar suele condicionar el futuro de sus miembros, pero ella siempre tuvo claro que su universo era el de los caballos.

Carolina y su hermana Amalia vivían de niñas en La Moraleja. Su madre las llevaba a montar a la hípica de allí, a sabiendas de que el mundo del poni era idóneo para la formación integral de cualquier niño aunando deporte, naturaleza, cuidado de los animales y competitividad. Amalia Aresu tenía grandes dotes para la hípica, igual o más que su hermana Carolina, pero cuando creció cambió los estribos por las pasarelas y la Universidad.

Carolina siempre fue discreta y los focos no le atraían antes ni ahora. Del colegio se iba a montar con la meta de hacerse un nombre en el mundo ecuestre. Después de competir en ponis al más alto nivel, con "Itallic" y "Fragance de Aristos" incluso en Campeonatos de Europa, dio el salto al caballo. "L’Mero" fue su primer gran caballo para afrontar las pruebas más exigentes. Carolina se llegó a proclamar campeona de Europa sub'21 con Pedro Mateos, Manuel Añón y Diana Piera en 2009, poco después del fallecimiento del padre de Diana. La amazona madrileña cerró la categoría sub'21 con el oro nacional y y en su primer curso absoluto, con 22 años, estuvo entre los mejores de España.

"King de B’Neville" fue otro de sus caballos importantes, pero para que la afición se convirtiera en profesión, tenía que entrar más dinero que el que salía. "King" se vendió y Carolina empezó a hacerse un nombre como "fabricante" de caballos. Los trabaja, los mejora y los vende con un precio ajustado al mercado. Carolina sigue haciendo lo mismo que cuando era una niña: volcarse en el mundo hípico. La diferencia es que ahora aprovecha esa habilidad especial que tiene para construir caballos, revalorizarlos y venderlos. Algunos son caballos propios y otros son de propietarios que invierten en ella a sabiendas de que el animal duplicará como mínimo su precio.

La amazona madrileña es disciplinada y constante. Además de tener un número importante de caballos en su cuadra cuenta con un afán perfeccionista que le lleva a dedicar mucho tiempo a cada équido hasta lograr la excelencia en cada uno de ellos. Sólo hubo un caballo que Carolina dijo que no vendería por nada del mundo, "Untrepide de Puychety", con el cual llegó a correr Copa del Mundo, compitió en el Andalucía Sunshine Tour y en varios concursos continentales importantes. Hace días, "Untrepide" se lesionó en Vejer y Carolina ha tomado la determinación de retirarlo a sus 17 años para que disfrute de una merecida jubilación. Carolina retomará en breve la temporada en Valencia y después seguirá en Francia e Italia. Además de competir ejercerá de ojeadora para ir descubriendo nuevos valores que formen parte de su cuadra.