Alonso y el brindis hipócrita

Entiendo que en esta vida hay que ser educado, que a veces se tiene que poner buena cara cuando no apetece y que la cordialidad debe imperar en el deporte. Pero qué quieren que les diga, la foto de Fernando Alonso brindando por el final de la sociedad McLaren-Honda junto a, entre otros, el responsable de la marca nipona es de lo más hipócrita que he visto en mucho tiempo. Después de todo lo que ha rajado Fernando de ese motor (con toda la razón del mundo), la fotito de la despedida, las sonrisas y las buenas palabras suenan a cartón-piedra. Si Fernando no ha tenido pelos en la lengua para echar pestes de la marca japonesa, no los debería de tener ahora para despedirse. Ojo, tanto por su parte como por la de Hasegawa, el responsable de Honda. Después de todo lo que ha despotricado Alonso de su motor y su trabajo hasta tenía fuerzas para sonreír en la foto que certificaba el final de una aventura fallida. En realidad, lo sabemos todos, ambos tenían unas ganas inmensas de perderse de vista. Alonso a Honda y Honda a Alonso.

Años perdidos

Fernando ha perdido tres años de su carrera. Se equivocó cuando abandonó Ferrari, aunque él no lo reconozca, porque al menos los italianos se han mantenido en la pelea por el título casi hasta el final. En cambio, los de Woking han ido de ridículo en ridículo o han protagonizado carreras anodinas, como la de ayer en Abu Dabi. Ni fu ni fa, un simple relleno dentro del show. Ahora vienen cambios importantes. McLaren vestirá motor Renault la temporada que viene y Fernando cree en el milagro. Piensa que podrá volver a pelear por las victorias, incluso por el título mundial. Más fiabilidad tendrá con este motor, eso seguro, pero dudo que le dé para pelear en serio por el título con Red Bull o Ferrari. De Mercedes ya ni hablo. Ojalá me equivoque, claro.