Tenis
La ilusión nos cegó ante el mejor Djokovic, por Jordi Arrese
Los que hemos seguido el Abierto de Australia estas dos semanas tenemos que reconocer un error. Todos sin excepción. No engañábamos a nadie alabando el nivel de Rafa, pero nos olvidamos del que había mostrado Djokovic. Con Nadal, como no podía ser de otra manera, había ilusión. Estaba más que justificada por sus progresos, por sus mejoras en el saque, pero... El serbio llegó a la final lanzado. Había perdido dos sets sí, pero fue porque hizo el capullo un rato ante Medvedev y Shapovalov. La historia y los precedentes estaban con él.
Falta de intensidad
Rafa ha empezado lento, sin la intensidad de piernas y de bola necesaria para contrarrestar al mejor Djokovic. Tenía que haber empezado a lanzar tiros, a pegar durísimo desde el principio. El serbio se lo ha comido porque en sus golpes nunca ha sido capaz de meterse dentro de la pista, de caer dentro. Hasta el tercer set no ha sido capaz de soltarse. Sólo con el 2-3 del tercero ha empezado a pegar con decisión. A Rafa le hubiera venido bien haber sufrido antes de llegar a la final, pero no ha jugado con ningún «top 10», no se ha visto comprometido y no ha sentido una presión real.
Federer, a su alcance
A Rafa y Djokovic los veo con opciones de alcanzar los 20 «Grandes» de Roger. Federer todavía puede tener este y otro año más de tenis. Le veo compitiendo dos años si ve que tiene opciones reales de ampliar su cuenta de «Grand Slams» y eso pasa por ganar otro Wimbledon. Y con el serbio, cuidado. Ha ganado los tres últimos «Grandes» y a este nivel le veo como un peligro incluso en París. Si las lesiones respetan a Rafa, su nivel de tenis seguirá subiendo. Tendrá más competición, más partidos, habrá jugado con mejores jugadores y estará en condiciones de seguir sumando.
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