Hípica
Cómo cuidar un caballo en verano
Las claves para que los animales estén en las mejores condiciones posibles estos meses
Al igual que ocurre con las personas, los caballos sufren las consecuencias de la ola de calor que ha asolado España recientemente. El verano trae consigo un calor muy intenso, humedad y proliferación de insectos. Son factores que afectan directamente al confort, tranquilidad y salud de los caballos. Para poder garantizar su bienestar integral durante estos meses es importante prestar atención a su hidratación, protección solar, ventilación, enfriamiento, control de insectos y mantenimiento general.
Los caballos necesitan un suministro permanente de agua limpia y fresca. En condiciones normales, consumen entre veinticinco y treinta litros diarios, pero en verano esta cantidad puede aumentar según el ejercicio, las temperaturas de la zona y la humedad ambiental. El agua debe estar a buena temperatura para fomentar el consumo, ni muy fría ni muy caliente. Es importante poner siempre a disposición varios puntos de acceso, a la vez que limpiar los bebederos con frecuencia para prevenir el crecimiento de algas o bacterias. Añadir sal o electrolitos formulados para caballos puede ayudar y ser beneficioso, pero siempre debe haber agua natural como alternativa, ya que algunos equinos pueden beber menos o rechazarlo si no les agrada el sabor.
Al igual que ocurre en humanos, la exposición prolongada al sol puede provocar quemaduras en los caballos, especialmente en áreas claras o despigmentadas. Los animales tordos (blancos), albinos y perlas son los más sensibles a los rayos. Para prevenir quemaduras, el caballo debe tener zonas de sombra. Los árboles, refugios o cobertizos son una buena opción. Por otro lado, existen protectores solares pensados para ellos. Se deben aplicar siguiendo las indicaciones del fabricante en cuanto a uso y frecuencia de aplicación.
Las moscas son otro de los problemas en verano. Acechan a los caballos, los molestan durante gran parte del día y ponen sus huevos en las mucosas de estos. Los spray anti-moscas ayudan y se les rocía con ellos si el caballo se deja, o se aplica su producto con un paño. Hay mantas anti-insectos en el mercado que crean una barrera contra los mismos. Los caballos se defienden de las moscas moviendo su cola para espantarlas y es por esto que los colinos (cola cortada a la altura del maslo) lo pasan peor en estas fechas.
El calor extremo y la alta humedad dificultan la evaporación del sudor y el enfriamiento del animal. Por puro sentido común se deben evitar las horas de máximo calor y mover los entrenamientos a momentos del día donde la intensidad del sol es menor. Las instalaciones deben estar bien ventiladas y permitir un flujo de aire constante, con puertas y ventanas abiertas. Si no existe esta posibilidad, siempre se pueden disponer ventiladores en las cuadras.
Después de entrenar es habitual que el caballo haya sudado. Para permitir que la frecuencia cardíaca baje, se debe hacer que el caballo pasee tranquilamente. A partir de entonces ya se podría comenzar con su enfriamiento mediante esponjas y agua fresca. De esta manera se hace gradualmente, evitando cambios bruscos de temperatura. Una vez ya se ha realizado este paso es cuando el caballo puede ser duchado.
El calor también puede hacer que los caballos pierdan el apetito. Se les puede ofrecer heno humedecido para mejorar su hidratación, además de mantener una ración equilibrada de salinas y electrolitos. Esto último les ayuda a reponer sales perdidas con el sudor. Si el caballo presenta signos de fatiga, deshidratación, mucha sudoración o letargo, es importante consultar con el veterinario para evitar problemas mayores.
Mantener una rutina diaria de higiene favorece la salud cutánea. Un buen cepillado sirve para limpiar el polvo, el sudor y favorecer su circulación. Por otro lado, limpiar los cascos varias veces al día previene infecciones. Mientras estas acciones se realizan, se puede estar atento para buscar heridas o signos de malestar que pueda manifestar el caballo.
En verano las competiciones en España se suelen enfocar más hacia la zona norte por sus temperaturas más suaves e incluso hay jinetes que optan por trasladar sus cuadras a Europa hasta que suaviza nuevamente el clima.