Champions League

Real Madrid

«Cómo no te voy a querer»

Los aficionados del Real Madrid hacían más ruido que los atléticos en el centro de la ciudad italiana, invadida por el fútbol

Los seguidores del Real Madrid y del Atlético convivieron pacíficamente en los alrededores del Duomo
Los seguidores del Real Madrid y del Atlético convivieron pacíficamente en los alrededores del Duomolarazon

Los aficionados del Real Madrid hacían más ruido que los atléticos en el centro de la ciudad italiana, invadida por el fútbol

Eran sólo dos, pero parecían muchos más. Armados únicamente con una bandera de España y sus gargantas, dos aficionados madridistas fueron capaces de cortar el paso a los peatones en la galería Vittorio Emmanuelle al grito de «Cómo no te voy a querer, si eres campeón de Europa por décima vez». Los viandantes los rodeaban para hacerles fotos, les grababan vídeos. Algunos, con camisetas madridistas normalmente, se les unían en el grito, que después fueron combinando con el «Que viva España» al ritmo de Manolo Escobar. Todo era feliz para ellos hasta que una niña irrumpió hacia la bandera al grito de «Ole, ole, ole, Cholo Simeone». Es quizá la mejor manera de explicar lo que pretende hacer hoy el Atlético de Madrid: el equipo que se declara inferior quiere irrumpir en la casa del vecino para reventarle una fiesta que considera suya.

En Milán se habla español este fin de semana. Los tranvías recuerdan que hoy se disputa la final de la Liga de Campeones, coches de uno de los patrocinadores de la competición pasean por la ciudad camuflados con los colores de los dos equipos, se oye español a cada paso. Y en la plaza del Duomo, junto a la catedral, los españoles son mayoría. Allí está expuesta la réplica de la Copa que hoy entregará Ángel María Villar y con la que todos se quieren fotografiar. Allí tiene la UEFA también montado su espectáculo para que Milán sea consciente, por si no lo era ya, de que hoy se juega la final de la Liga de Campeones en su estadio.

Se habla español incluso en los restaurantes del centro de la ciudad, donde los italianos parecen extranjeros. Las camisetas madridistas ganaban en el centro de Milán a las rojiblancas. Algún despistado se paseaba con la camiseta de la Juventus. Y otro, con ganas de reafirmar su identidad, paseaba por las calles milanesas orgulloso con la camiseta de Osasuna y el nombre de Pachi Puñal a la espalda con su clásico número 10.

En Milán todo era fútbol en la tarde de ayer. Y lo será aún más esta tarde. Las librerías exhibían en primera línea la biografía de Marco Tardelli. Y cualquiera aprovechaba para exponer sus preferencias, aunque no fueran del Madrid o del Atlético. No era raro ver a brasileños con la camiseta del Fluminense o del Corinthians. Menos del Milan y del Inter se podía ver cualquiera.

Mientras, un portero esperaba pacientemente a que alguien se atreviera a entrar en una exposición sobre Leonardo. Pero no parecía el día para esos detalles.

El estadio tenía un aspecto desolador sin ríos de aficionados camino de las gradas. En su lugar había reventas que esperaban a la salida del metro. Ofrecían su mercancía en varios idiomas: «Biglietti, entradas, tickets». Y se ayudaban con un plano del campo para situar la localidad. La manada iba creciendo a medida que el campo se hacía más cercano.

Milán ya está preparada para la fiesta. En uno de los fondos de San Siro se puede leer Hala Madrid. En el otro estarán los aficionados del Atlético esperando que el Cholo haga el milagro que llevan 42 años esperando.