Mundial 2014
El Chiringuito de Pedrerol: El Mundial de Maradona
Maradona juega su propio Mundial. Siempre atento a lo que pasa, siempre polémico, siempre Diego. Como jugador fue el mejor del mundo. Y como seleccionador, fracasó estrepitosamente.
Maradona juega su propio Mundial. Siempre atento a lo que pasa en primera línea, siempre polémico, siempre Diego. Como jugador fue el mejor del mundo. Y como seleccionador, fracasó estrepitosamente. Pero como comentarista es un fuera de serie. Un fenómeno. Un personaje fantástico para el fútbol, de esos que nunca dejan indiferente a nadie. Porque «El Pelusa» es un tipo que no tiene pelos en la lengua. Que siempre dice lo que piensa y no se preocupa por guardar las formas ni a quién pueda molestar. Alguien auténtico, de los que ya no quedan. Maradona no es una persona cualquiera.
Un tipo cambiante
Así es Diego. Todo corazón y transparencia. Alguien que no mide las consecuencias de lo que hace. Ni parece que le importen demasiado. Si algo le gusta, lo dice. Y si no le gusta, con más razón todavía. También es un tipo cambiante, que se enamora y desenamora con la misma facilidad. «Mourinhista» cien por cien, ha machacado a Casillas este campeonato del mundo con las críticas más crueles que se le han hecho al capitán de la Selección. Pero si le ve, le dará un gran abrazo y le dirá, seguro, que volverá a ser el mejor. Es una permanente sorpresa.
Amor-odio con Messi
Y su relación con Messi es de amor-odio. Como seleccionador argentino no llevaba bien que se hablara de Leo mucho más que de él. Le valora como futbolista, claro que sí. Y también le respeta. Hasta le ha dedicado algún elogio últimamente. Pero marca las distancias. Todo porque no soporta que nadie le eclipse. La sombra de Maradona es muy alargada para el actual líder de la selección argentina. En la prensa y el país se impone la escuela maradoniana, los amigos de Diego manejan los medios allí. Es una religión. Y todo esto lo sabe Messi, que juega contra «Dios».
Su blanco favorito, la FIFA
Con la desmesurada sanción a Luis Suárez, Maradona ha hecho campaña como si fuera un uruguayo más. Sus apariciones en televisión son imprevisibles y una mina de jugosos titulares. «¿A quién ha matado? Que lo metan en Guantánamo», decía irónicamente para defender al charrúa mientras lucía a cámara en su camiseta el lema «Luisito, estamos con vos». Porque Diego hace siempre las cosas a su manera. No conoce otra. Siempre lo hace todo de cara. Y siempre contra el poder. Su blanco favorito, junto con el presidente de la Federación Argentina, Julio Grondona, es la FIFA. Con la sanción ha aprovechado para atizar al organismo que preside Blatter, otro de sus enemigos. Y al que le lleva la contraria lo mata. Pelé y Beckenbauer calificaron como justo el castigo a Suárez, y así les respondió Maradona: «Estos dos han salido del sarcófago para decir estupideces, porque son dos tarados. Los manda el capo porque si no, este mes no cobran».
Sin Diego, no hay Mundial
Diego no puede contenerse. No sabe contenerse. Y no queremos que lo haga. Original, sincero, siempre futbolista, enemigo de los tópicos, valiente y excéntrico; siempre tiene algo interesante que aportar. Un punto de vista a tener en cuenta. Porque cuando él habla, el fútbol escucha. Maradona es Maradona. Pero un Mundial sin Maradona no es un Mundial.
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