Oporto
El milagro de Raúl García
Raúl García nació con alma de mediapunta, se hizo un hombre como mediocentro con llegada y ahora triunfa en el Atlético como un verdadero falso «9». El centrocampista rojiblanco aprovecha cada oportunidad que le ofrece Simeone hasta convertirse en ejemplo para el técnico argentino. Es el suplente perfecto, el jugador número 12. Nunca se queja y siempre cumple, desde el comienzo o desde el banquillo. Ayer volvió a encontrarse con el gol, como casi siempre, como hizo el pasado miércoles contra el Oporto. Apenas le había dado tiempo a pisar el campo cuando confirmó la victoria de su equipo. Diego Costa había marcado el primero, pero el Valencia se resistía a caer. El tanto de Raúl lo envió definitivamente a la lona.
«A Raúl no le di los minutos que merecía, aunque jugó en partidos importantes», se lamentaba el Cholo al final de la pasada temporada. Pero este curso, el navarro se está convirtiendo en imprescindible. Simeone quiere que los jugadores del banquillo compitan con los titulares. Y a la competencia le pone la cara de Raúl. Desde su puesto, cercano al área, ha marcado ya diez goles este año entre todas las competiciones. Uno más que en todo el curso pasado, uno menos de los que consiguió con Osasuna en 2012. Ese regreso a casa fue decisivo para dar un salto hacia delante. Había llegado demasiado pronto al Calderón, con apenas 21 años, y el Calderón, como para tantos futbolistas en los últimos tiempos, parecía demasiado grande para él. Sobrevivió con la amenaza constante del traspaso, como eterno deseo del Athletic, hasta que Manzano lo mandó a casa para que recuperara la fe en su juego y regresara siendo mejor.
Cuando volvió era tan suplente como cuando se marchó, pero mucho mejor futbolista que antes. Jugó 47 partidos al mando de Simeone y ahora parece imprescindible para el técnico, consciente de que un equipo grande necesita un banquillo de calidad. El Cholo confía en él y desde la banda pedía que fuera quien lanzara el segundo penalti a favor de su equipo. «Por suerte no me vieron», reconoció después del partido el técnico. Diego Costa se atrevió, a pesar de haber fallado el anterior, y Raúl se guardó el gol para la siguiente ocasión. Ayer había marcado a los dos minutos de pisar el césped y esta temporada marca un gol cada dos partidos, aunque en la mayoría de ocasiones comienza el encuentro como suplente. «Simeone es el que mejor conoce a sus jugadores y sabe cuál es el que necesita en cada momento», explica José Luis Pérez Caminero, el director deportivo del Atlético.
Raúl no marcó más. Le faltó el gol que reclamaba Simeone desde el banquillo. «Uno más», pedía desde la banda para poder ser líder. El «partido a partido» ya no le vale.
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