El último paso de España

La Roja puede clasificarse hoy para la «final four» de la Liga de Naciones. Necesita una victoria contra Inglaterra. Hasta ahora, Luis Enrique sólo sabe ganar.

España regresa a la que fue su casa durante años, al territorio donde ocurrió la mayor hazaña del fútbol español hasta que comenzó a ganar títulos, el 12-1 a Malta. Se juega en Sevilla y, aunque sea en el Villamarín, Sergio Ramos se siente como en casa. La última vez que España jugó en el Villamarín Luis Enrique estaba en el campo. La Roja ganó a Armenia por 1-0 con un gol de Fernando Hierro de penalti. El malagueño todavía no llevaba el brazalete de capitán, pero ya era un jugador fundamental de la selección. Ahora, una vez que Silva ha abandonado la Roja, puede ser otro defensa el que tome el relevo en los lanzamientos desde los once metros. «Es un rol que me toca asumir y lo hago encantado. Quizá desde los años de Hierro no se veía un defensa que asumiera ese rol continuamente y a mí me sienta bien. Mantengo la calma y si tengo que hacerlo lo hago encantado», explica Ramos. Ya lo ha hecho en ocasiones anteriores, con resutados dispares. Un lanzamiento a lo Panenka en la tanda contra Portugal metió a España en la final de la Eurocopa 2012 que terminó ganando. Cuatro años después falló el lanzamiento ante Croacia, lo que terminó impidiendo a la selección ser primera de grupo y la llevó al cruce contra Italia.

España afronta el partido contra Inglaterra con la posibilidad de clasificarse para la «final four» de la Liga de Naciones que se celebra en junio sin necesidad de esperar al último partido contra Croacia que se disputa en noviembre. «Lo que nos da la clasificación matemática es la victoria. Los otros resultados no los contemplamos. Inglaterra es una selección que está haciendo las cosas bien y nos interesa la victoria», dice el seleccionador. Luis Enrique piensa sólo en la clasificación, no en la próxima convocatoria. Pero «Pueden pasar tantas cosas que es imposible planteárselo. Vamos a centrarnos en el partido», añade.

Hasta ahora, las cosas no le han podido salir mejor al nuevo seleccionador, pero es consciente de que no siempre será así. «Uno siempre piensa que todo va a salir bien. Para eso se trabaja, para eso uno es entrenador, pero tranquilos que seguro que en poco tiempo aparecerán movimientos y el entrenador tiene que saber gestionar esto. Estamos más que acostumbrados todos los entrenadores, pero es mucho más agradable gestionar las positivas», dice.

El capitán también echa de menos a Jordi Alba, uno de los jugadores con los que no cuenta Luis Enrique. Pero respeta la decisión del seleccionador. «Con Jordi hemos jugado muchísimos años y para mí es uno de los mejores laterales que hay en el mundo. Lo ha demostrado con su rendimiento y sus estadísticas. El míster hace una alineación y no depende de nosotros. Es el más idóneo para hacerlo. No sé si volverá, pero siempre tiene las puertas abiertas», asegura el capitán.

«Para mí hay muy pocas cosas que se puedan equiparar a representar a tu país. Cuando empiezas a jugar siempre piensas en jugar en el equipo de tu ciudad y en representar a tu país. Lo vivo como si fuera el primer partido, me emociono cuando suena el himno. Es lo que te lleva a conseguir las cosas, mantener la ilusión», dice Sergio Ramos. Ilusión como la que ha generado Luis Enrique. «Se han recuperado el orden y la disciplina», admite el capitán.