España corre por fin

España, a semifinales. «Objetivo cumplido...», resume Joan Cañellas. «...Y ahora viene el sueño», continúa el lateral del Hamburgo. Es decir, luchar contra Francia por las medallas en el Europeo de balonmano, y hacerlo, al menos, con media sonrisa en la cara. Atrás quedaron los rostros largos del partido ante Austria, ganado, pero sufrido. Pesó más lo segundo que lo primero porque España no se reconocía. El último oponente de la segunda fase no era el más fuerte; era Macedonia, que además no contó con Lazarov, el bombardero número uno del torneo. Pero había que ganar, o, al menos, empatar, y también sentirse bien, lo que para los «hispanos» se traduce en defender. Aunque todavía con algún desajuste salvado por la inspiración del portero Sierra, España defendió, y la siguiente parte de la ecuación es que pudo correr contraataques, que desplegó sus alas, sus extremos, y sumó, por así decirlo, muchos goles «gratis». Hasta once, a los que se podrían haber añadido dos fallos en unos contra unos. Además de jugar a la carrera, España contó, y no es la primera vez en el torneo, con la mejor versión de Cañellas: goleador, asistente, defensor... Sirve para todo y todo lo hace bien. «Hemos corregido errores y hemos mejorado en defensa. Estamos preparados», grita Joan. Atrás quedan las dudas y también todo lo conseguido. Ya sólo existe Francia.

22 - Macedonia: Ristovski; Georgievski (2), Mirkulovski (7), Velko Markovski (-), Jonovski (-), Stoilov (4) y Manaskov (4, 1p) –titulares– Angelov (ps), Mitkov (1), Nikola Markovski (-), Dimovski (1), Pribak (2) y Ojlevski (1p).

33 - España: Sierra; V. Tomás (5, 1p), Maqueda (4), Cañellas (6, 1p), A. García (4), Rivera (1) y Aginagalde (4) –titulares– Pérez de Vargas (ps), Gurbindo (1), Rocas (1), R. Entrerríos (1), Sarmiento (1), Ugalde (2), Andreu (-), Morros (-) y Guardiola (3).