Grupo B
La España de los extremos
Lamine Yamal y Nico Williams han cambiado el estilo de la selección, que ahora llega más a la portería, remata más y es la más vistosa de la Eurocopa hasta el momento
Nico Williams se marchó de Di Lorenzo en la primera jugada y decidió que ese era su partido. «Me he encontrado increíble. Mis compañeros me han dado todas las facilidades para encontrar el uno contra uno. Cuando te vas del lateral te da más confianza para encarar ese uno para uno para la siguiente vez y me ha salido todo muy bien», reconocía después del partido.
Desde el momento en que Luis de la Fuente anunció la prelista de convocados, Lamine Yamal y él han acaparado la atención de la prensa y de los seleccionadores rivales. «A nivel de desborde muy pocos nos podrán igualar: Es una virtud y tenemos que intentar aprovecharlo», aseguraba Oyarzabal en los primeros días de concentración, antes de que el equipo se marchara a Alemania.
«Nos han venido dos chicos con muchísima proyección, tanto Nico como Lamine, con condiciones muy diferentes a lo que estábamos habituados aquí en la selección, que te dan una variedad muy enriquecedora, uno zurdo, el otro diestro, con velocidad, con dribling, con desparpajo. Contra equipos replegados son muy importantes y para nosotros son una grandísima ayuda y sobre todo para mí, para los que jugamos de mediocentro, tener jugadores que son capaces de jugar al espacio, que te dan esa posibilidad, lo agradezco mucho», reconocía Rodri.
«Yamal es muy bueno cuando va hacia adelante. En el fútbol moderno sólo unos pocos jugadores pueden permitirse centrarse únicamente en el ataque y son los que tienen grandes cualidades. Los extremos de España jugaron con mucha velocidad contra Croacia», advertía Spalletti, el técnico italiano, antes del partido.
La influencia de estos dos jugadores se muestra en las veces que España llega con peligro al área contraria. Fueron 20 los disparos contra la portería italiana en la noche del jueves. Ocho veces remató en los 120 minutos del partido de octavos de final contra Marruecos en el Mundial de Qatar en el que quedó eliminada.
Y con ese rendimiento España ya piensa en hacer algo grande. De momento va repitiendo el camino que hizo la selección que entrenaba Luis Aragonés en 2008. Entonces, como ahora, ya estaba clasificada después de los dos primeros partidos y se permitió reservar a jugadores en la última jornada. Lo mismo hará Luis de la Fuente el lunes contra Albania.
«Hoy he reconocido a nuestro equipo, he visto el potencial que tiene. Han sido capaces de minimizar a una gran selección como la italiana y creo que hemos estado a un nivel fantástico. No vamos a hacer comparaciones», dice De la Fuente. «Estamos haciendo un camino y nos hace ilusión que se hable y se piense que podemos llegar lejos, pero paso a paso, tranquilidad. Esperamos que los futbolistas sigan disfrutando de jugar al fútbol», añade.
Nico no había disfrutado nunca tanto como Italia con la camiseta de la selección. «Igual sí es el partido más completo que he tenido hasta hoy con la selección», reconocía después de recibir el premio al mejor jugador del partido. El seleccionador le dijo que guardase el balón, pero eso al pequeño de los Williams todavía le cuesta. «Es mi punto débil, que tengo que jugar más por dentro, pero estoy mejorando y estoy contento en este aspecto», admite Nico. No es extraño que sus compañeros lo recibieran con aplausos al llegar al vestuario. Una felicitación que añadir a la de su hermano, Iñaki. «Tenía un mensaje de mi hermano, un audio, es un crack. Esto es para él, para mis padres, para la familia Williams, y espero que lo disfruten como lo estoy disfrutando yo», reconoce.
Él tiene 21 años y Lamine va a cumplir 17. Eso es lo que más ilusiona a De la Fuente. «Esta selección no tiene techo», dice. «Son jugadores que no se cansan de mejorar».
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