F-1

El colmo de Alonso: ahora paga los errores de seguridad de la FIA

La sanción en Estados Unidos llegó por incumplir una norma que la Federación Internacional debía haber advertido durante la carrera

Fernando Alonso en el Gran Premio de EEUU
Fernando Alonso en el Gran Premio de EEUUAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

No está siendo un buen año para la Federación Internacional de Automovilismo en la Fórmula Uno. El curso pasado acabó con el director de carrera interpretando una norma en la última vuelta para satisfacer al mayor número de implicados posibles… pero no la aplicó bien y terminó siendo despedido. Y en cuanto a seguridad, que es uno de sus cometidos más importantes, están haciendo aguas por todos los lados.

En el reciente Gran Premio de Japón se les coló una grúa en la pista que pudo provocar una tragedia. La única reacción que tuvieron fue la de apartar al juez principal en aquel Gran Premio, Eduardo Freitas. En Estados Unidos continuó el festival de errores y contradicciones. Tienen la mejor tecnología y muchos más medios que otros deportes, pero siguen fallando.

En otras especialidades el error puede significar no pitar un penalti o no ver un fuera de juego. En la Fórmula Uno el precio puede ser la vida de un piloto. El domingo los errores tuvieron a Fernando Alonso y a Alpine como perjudicados. El español sufrió un espantoso susto con Lance Stroll. Cuando fue a adelantarle, el canadiense realizó una maniobra defensiva tardía, las ruedas de ambos coches hicieron palanca y Alonso voló unos metros durante unos pocos, pero eternos segundos. Aterrizó, chocó con el guardarraíl y, milagrosamente, el coche siguió funcionando. Pasó por boxes, le cambiaron las ruedas y el alerón delantero y regresó a pista. Todo eso, con el miedo en el cuerpo todavía y con la incertidumbre sobre el verdadero estado del coche rodando a más de 300 kilómetros por hora. Para eso los equipos tienen cientos de sensores que reflejan el buen funcionamiento del monoplaza. Nada hacía indicar que algo iba mal y Alonso sentía bien el coche. Acabó séptimo. Fue épico. Sin embargo, el equipo Haas reclamó contra el ovetense por considerar que su coche no era seguro para el resto. La FIA admitió la protesta y acabó sancionando a Alonso con 30 segundos que lo llevaron fuera de los puntos después del carrerón que se marcó.

Según Haas, durante las vueltas finales, después del incidente, el espejo retrovisor corrió el peligro de desprenderse y, efectivamente, lo hizo a poco de acabar la carrera. La norma existe y su origen está en el accidente que sufrió Massa en Hungría en 2009 cuando la pieza de otro coche saltó y se le metió entre la frente y un ojo. Atravesó la visera del casco. Aquello casi acaba con su vida. Lo que no cuadra con la actuación de la FIA es que siendo la máxima responsable de la seguridad no se percatara de que el coche de Alonso no estaba siendo, presuntamente, seguro. No le mostraron la bandera de advertencia y al término del Gran Premio, Jo Bauer, el responsable técnico, dio por bueno el estado del coche sin el espejo. En este caso, tendrían que haber advertido al equipo de la situación. Pero no lo hicieron. Que hayan admitido una apelación relativa a la seguridad es dejar en evidencia a la propia FIA. Alpine, como no podía ser de otra forma, recurrirá.