Campeón Intercontinental
Argentina gana la “Finalísima” a Italia con el mejor Messi (3-0)
No marcó Leo, pero jugó a su mejor nivel y llevó a Argentina a ganar la copa intercontinental de selecciones
La selección Argentina es ahora el patio de recreo de Messi, el lugar donde vuelve a ser feliz después de un año de exilio en Paris en el que pocas veces se ha parecido a sí mismo. La albiceleste es casa para Leo, que jugó a su mejor nivel para llevarla a ganar la Finalísima, la nueva copa intercontinental de selecciones, en la que Italia nunca tuvo una oportunidad de ganar.
Messi no marcó, pero estuvo a su mejor nivel, demostrando un dominio de la pelota y del juego que está a la altura de casi nadie. Leo jugó donde quiso, en el centro del campo, en la banda... y en el área. Ahí regaló el primer gol a Lautaro Martínez, que metió el exterior del pie para mandar a la red un sensacional pase de su capitán. Antes Leo había dado una clase de cómo sacar provecho de su inferioridad física. Es más pequeño de Di Lorenzo, el lateral italiano que lo marcaba, pero metió el cuerpo para proteger la pelota y se giró sin que a su guardián le diera tiempo a reaccionar.
Sólo le faltó el gol a Messi, aunque estuvo cerca. Especialmente en un remate de esos que él busca desde una esquina del área para marcar por el ángulo más lejano de la portería. Pero Donnarumma, su compañero en el PSG, se estiró con agilidad para evitarlo.
Para Italia era un partido complicado, se jugaba el honor de ser reconocida como la mejor selección mientras rumia la decepción de no haber sido capaz de clasificarse por segunda vez consecutiva para el Mundial. Era, además, la despedida de Chiellini, uno de sus centrales históricos, que se marchó en el descanso después de quedar en evidencia en una carrera con Di María en el segundo gol. Lo dio por imposible a mitad del esprint. El ex madridista resolvió la jugada con una vaselina por encima de la salida de Donnarumma, que se había echado al suelo para tapar el remate del argentino.
El tercero lo marcó Dybala, que acababa de pisar el césped, en tiempo añadido. Era la demostración definitiva de la superioridad de Argentina, que ha encontrado con Scaloni en el banquillo la identidad que buscaba desde hace años.
Pudo marcar más goles la albiceleste, pero Lo Celso no acertó con la portería vacía a rematar un extraordinario pase de Messi con el pie. Parecía más rápido y más ágil que nunca Leo, aunque eso no le permitía escapar de todas las patadas que le lanzaban los italianos. No dejaron de pegarle, pero Messi salió ileso y victorioso. Y recogió la copa con una sonrisa.
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