Transfobia

Una futbolista trans española se retira harta de los insultos y vejaciones: “No cuelgo las botas, me las cuelgan”

Valentina Berr que militaba en el CE Europa ha dicho adiós al futbol. “Me han llegado a decir que somos señores que entran a los vestuarios para abusar de niñas”, lamenta en una desgarradora carta

Valentina Berr
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Valentina Berr es una de las pioneras del fútbol en España. Su retirada, prematura, se ha conocido hoy. No ha sido por ninguna lesión sino por la intolerancia que aún reina en el deporte rey. La futbolista del CE Europa es la segunda futbolista transexual de España que logró jugar en el fútbol femenino federado pero no ha podido soportarlo más. Coincidiendo con el Día Internacional del Orgullo LGBTI+, ha lanzado un comunicado en sus redes sociales asegurando que lo deja para preservar su salud mental, denunciando constantes ataques de odio hacia su persona que han conseguido tumbarla. «Hoy es un día muy extraño. Por un lado, nunca quise que llegara. Por otro lado, llevo meses necesitando que llegue», arranca su reivindicativo escrito, en el que explica las causas de su adiós.

«Ya no podía aguantar más los ataques de pánico y de ansiedad cada vez de forma más frecuente, después de los entrenamientos y partidos. Llevo cuatro años sufriendo en silencio el odio y la violencia estructural contra las mujeres trans por parte de instituciones, medios de comunicación y también de muchísima gente que se dedica a acosar a personas que se salen de la norma», declara la futbolista en una carta que se ha hecho viral.

Un auténtico calvario

La futbolista confiesa estar pasando un auténtico calvario. «He tenido que parar por salud mental. Psicológicamente no he podido soportar la presión de ser permanentemente sospechosa y de estar obligada a cumplir un límite de testosterona, que otras jugadoras que no son trans pueden sobrepasar de largo», afirma, en relación a las normas que debe de cumplir para poder participar en la categoría femenina. Una realidad que será aún más dura tras el veto anunciado estos días por diferentes federaciones internacionales.

Y es que el deporte parece haber iniciado una senda revisionista respecto a las atletas transexuales y la creación de una nueva categoría así como las limitaciones a la edad de transición ya están encima de la mesa de los organismo internacionales que rigen el deporte.

Berr también denuncia las constantes humillaciones e insultos que recibe en las redes sociales. Entre sus peores recuerdos queda un artículo en el que aparecía mencionada y difamaban acerca de las deportistas transgénero. “He leído artículos de prensa en los que salía mencionada que las mujeres trans son señores que entran a los vestuarios para abusar de niñas”, sentenciaba.

“Soy valiente porque no tengo otra opción. Mi condición es esta, o vivo así, o me encierro”, comentaba respecto a su entereza al afrontar estos problemas. Esa entereza es la que le ayudó a aguantar desde enero, momento en el que tenía tomada su decisión y asumió seguir por “compromiso” con sus compañeras y la gente que forma el fútbol femenino. “Diferenciaría el fútbol y el fútbol femenino, son mundos diferentes. En el fútbol femenino, la gente está preparada para este tipo de realidades, acogen a todo el mundo sin importar que sean de esa masculinidad que reina en el fútbol”, explicaba.

Ahora, habiéndose retirado del fútbol, el tiempo se lo dedicará a “su gato y su familia”. No se quedan ahí sus inquietudes, ya que seguirá divulgando acerca de las distintas realidades sexuales. “Es un proyecto llamado “La Respuesta a Todo”, nos pueden encontrar en Instagram. Nos hacen preguntas sobre estos temas y nosotros respondemos”, finalizaba.

Pese a todo esto, la catalana se despide agradeciendo el buen trato que sí ha recibido por parte de compañeras, rivales, cuerpos técnicos, árbitras, clubes y gran parte de la afición. «El fútbol femenino es abierto y diverso, y me he sentido apoyada incluso por quienes no entienden mi realidad. Somos lesbianas, heteros, bisexuales, chicas muy masculinas, muy femeninas, personas no binarias e incluso chicas trans. Desde dentro el fútbol femenino es rico. La realidad es diversa y el fútbol femenino es realidad», asegura, con el deseo de que las próximas generaciones puedan vivir un camino como el suyo pero «con menos dolor, menos obstáculos y menos violencia».