Copa del Rey

Linares, 0-Sevilla, 5. Aires del Mundial de Qatar en Linarejos

Mateu y En-Nesyri prolongan su Copa del Mundo en la fácil victoria de de los sevillistas, que ya están en los octavos de la Copa del Rey

En-Nesyri cabecea el balón para marcar el primer tanto del Sevilla en Linares
En-Nesyri cabecea el balón para marcar el primer tanto del Sevilla en LinaresJosé Manuel PedrosaAgencia EFE

¿Se acuerdan del Mundial? Sí, amigos, ese circo barnizado de corrupción que Infantino organizó en el Golfo –nunca mejor dicho– Pérsico para mayor gloria de Messi y de su empleador Al-Thani. Ha vuelto, alabado sea el Altísimo, la competición nacional durante estas fiestas navideñas que ya boquean pero algunos de sus artistas prolongan su otoño qatarí. Así, el prodigioso saltimbanqui Youssef En-Nesyri y el histriónico clown Toño Mateu Lahoz.

El delantero marroquí y el árbitro valenciano fueron los protagonistas más destacados del dieciseisavo copero que Linares y Sevilla disputaron con sencillo triunfo del favorito, que lo era a pesar de su firme candidatura a jugar en Segunda la próxima temporada. El 0-5 final demostró sin ambages la diferencia de dos categorías que separan a los vecinos andaluces, a pesar de que los locales compitieron con entusiasmo hasta el tramo final del primer tiempo, cuando dos errores defensivos permitieron a los sevillistas marcharse al descanso con un 0-2 que disuadía cualquier pretensión de sorpresa. y dio paso a una segunda parte de sentido único.

El primer gol del partido lo marcó En-Nesyri, que disparó su cuenta personal hasta el triplete. Era otra de esas veladas infumables a las que el Sevilla somete a su parroquia: una sucesión de pases «luisenriquianos» sin ton ni son ni profundidad ni ánimo de generar peligro. Harto de jugar hacia ninguna parte, Acuña centró desde la izquierda, dudó el portero Ernesto un segundo en salir y pegó el delantero marroquí un brinco descomunal idéntico al que le sirviópara eliminar a Portugal en los cuartos del Mundial. Enseguida, reincidió al culminar un contragolpe de Lamela y cerró el hat-trick, completando la manita, a pase de Navas, después de que Squadrone, en propia meta, y el mencionado Lamela incrementasen la renta sevillista.

El 0-3, como acaban de leer, lo marcó sin querer el central argentino del Linares, que no pudo apartarse de la trayectoria de un centro fortísimo de Suso. La pelota le pegó en el pecho y entró para solar de Mateu Lahoz, que no perdió la ocasión de chupar cámara. Corrió hasta el área pequeña del Linares para consolar a Squadrone con unas palmaditas en la coronilla. Antes, la «prima donna» del silbato había dejado su impronta en el partido, de guante blanco y sin la menor tensión, con la inexplicable expulsión de Jorge Sampaoli, con el que charlaba amigablemente en el túnel de vestuarios justo antes de saltar al césped. Braceó el argentino al cuarto de hora en protesta a una falta señalizada: tarjeta amarilla. Volvió a gesticular: segunda amonestación en un lapso de cinco y roja inexplicable, o explicable sólo desde una desmedida ansia de protagonismo. Con el duelo aún empatado a cero, el numerito arbitral tuvo el corolario de envilecer el ambiente hasta que el Sevilla lo calmó con sus dos primeros goles. Urge la implantación de algún tipo de test psicotécnico a estos jueces (deportivos) porque alguno, desde luego, no parece en condiciones de impartir algo mínimamente parecido a la justicia.