Real Madrid
El Madrid encuentra el gol
La Fase de Grupos de la Champions League entra en su periodo decisivo
Es el gol, estúpido. Es el gol lo que cambia todo en el fútbol. Los partidos, los estados de ánimo, las rachas y hasta los ciclos. El gol ayuda a que mejore la confianza y a que se tenga fe en lo que se está haciendo; el gol da tiempo a trabajar con calma y cura las heridas y hace que los malos momentos se olviden más rápidamente. El Madrid estaba peleado con el gol esta temporada y ya daban ganas de echarle la culpa a la mala suerte, a los hados o a lo que fuera porque era complicado hallar otra explicación a tanta mala fortuna. Si Lopetegui perdió su puesto fue porque le faltó capacidad de reacción ante esa ausencia de puntería y si Solari sigue en el suyo es porque ha encontrado la manera de llegar a la portería rival, por fin, y dejar atrás la desesperación que atrapaba a los futbolistas.
Goleó el Madrid al Viktoria porque es lo que tenía que hacer. Como tenía que haberlo hecho contra el CSKA por ejemplo y no ocurrió. Es decir, que en otros momentos, un partido así no tendría que tener mucho valor o no diría nada. Pero en estos momentos, puede ser un empujón para un equipo que lo necesita. Goleó el Madrid porque es mejor, mucho mejor, y por tanto cumplió con la lógica habitual en estos partidos durante tantos años. Una lógica que se había perdido esta campaña.
Fue Benzema quien cambió todo. El francés es un jugador tan extraño e indefinible que casi nadie sabe qué esperar de él durante los noventa minutos. Puedes estar preguntándote dónde está y a qué dedica el tiempo libre que tiene durante los encuentros o puede que coja el balón y transforme los partidos. Lo hizo en aquella inolvidable semifinal en de la Champions por la que se le debe memoria eterna y aunque en un choque menos importante (pero un momento peligroso) cambió el rumbo del Madrid en en el campo del Viktoria Plzen. Avanzó por la esquina izquierda del área, amagó con tirar y volvió locos a todos los que le rodeaban mientras él mantenía toda la calma del mundo para superar al portero.
A partir de ahí, el Madrid hizo la mejor terapia posible para seguir dejando atrás los días oscuros y de vacilaciones. Marcó y marcó, aprovechando la debilidad por arriba del contrario. Resolvió el encuentro en la primera mitad con cuatro tantos y después siguió adornando el marcador en la segunda parte, cuando Vinicius salió al campo para cambiar el ritmo.
Benzema puso fin a unos veinte minutos en los que el Viktoria presionó como si le fuese la vida. Obligaba a fallar mucho a Casemiro y la defensa blanca no encontraba la protección, una situación que se ha ido repitiendo mucho esta temporada. Lanzó un balón al larguero el conjunto checo e hizo vibrar a un público entusiasmado con la voluntad de su equipo, dispuesto a olvidar que era inferior al tres veces campeón de Europa de manera consecutiva.
No encontraba el Madrid el hilo porque no tenía la pelota. Solari presentó un equipo extraño. Primero porque los laterales, por las bajas, son los que son y Odriozola y Reguilón tienen que madurar de manera acelerada. A veces eso mete demasiada presión a algunos futbolistas, pero ambos parecen muy capaces de aguantarla en el Madrid y rendir en una situación como ésta. Sí que eligió el entrenador argentino al dejar a Modric en el banquillo para darle descanso y otorgar minutos a Ceballos, más cómodo que otros días, cuando el marcador se puso a favor. Pero la decisión buena (además de la portería), donde de verdad tenía que elegir era entre Isco, Asensio y Vinicius, el gran deseado.
No eligió el entrenador: apostó por Lucas Vázquez, es decir postergó cualquier decisión trascendente, quizá porque sabe que va a necesitar a los tres si continúa hasta el final de temporada. Sí que dio minutos a Vinicius en la última media hora, para que la fiesta no decayese y para, además, con su salida, probar a Bale de delantero centro, una variante que puede ser útil para el Madrid porque pocos jugadores en el equipo tienen la capacidad de remate del futbolista galés. De cabeza, cuando aún estaba jugando en la banda había marcado antes el cuarto tanto. Benzema y Casemiro, también de cabeza, habían marcado los otros tantos. Kroos, después, hizo el quinto.
Tiene que mejorar aún este equipo, pero es una bueña señal irse quitando ansiedades como la de gol y poder jugar con más confianza ,y como repite Solari, con más alegría. El argentino volvió a probar con un sistema con dos centrocampistas y delante de ellos tres hombres, dos de ellos muy abiertos. Eso hace que el equipo sea mucho más profundo que otras veces. Tras el gol de Benzema, además, presionó arriba para no dejar salir al rival y robar cerca del área.
Los goles en la primera mitad dejaron más o menos satisfecho al Real Madrid y la segunda parte vivió con más calma. Solari aprovechó para dar descanso a un Sergio Ramos que se jugó la expulsión al principio del encuentro por un codazo.
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