El futbol español llora hoy la muerte de José Ángel de la Casa a los 74 años. El periodista, que llevaba varios años luchando contra el Parkinson, ha fallecido en Madrid a causa de una neumonía.

De la Casa fue la voz del deporte español durante más de 30 años, especialmente de la Selección española de fútbol. Su inigualable estilo forma parte del recuerdo de generaciones y para siempre quedará aquel «gol de Señor», con gallo incluido, que significaba el decimosegundo tanto de España a Malta que terminó 12-1 y que le dio la clasificación para la Eurocopa de 1984.

Una pareja legendaria

El mítico narrador trabajó junto a numerosos comentaristas a lo largo de su dilatada carrera, pero de entre todos ellos, la pareja que formaba con el exjugador internacional del Real Madrid, Míchel González, ha sido de las más longevas de la televisión pública. La pareja de comentaristas de TVE permaneció en antena durante una década, desde 1994 (con el Mundial USA'94) hasta 2005, incluyendo partidos de la selección, Eurocopas, Mundiales de fútbol y partidos de la Liga de Campeones. Además, siempre reconoció que fue el mejor comentarista con el que había trabajado como profesional.

Compartieron convivencias, viajes y también algún que otro encontronazo como confesó el propio periodista en más de una entrevista. "Míchel se cabreó mucho una vez. Transmitiendo un partido de España en Belfast con Irlanda, no sé qué habría dicho yo que le sentó mal, pero fatal. Entonces estuvimos bastante tiempo sin hablarnos, pero luego se arregló y punto", reveló.

Hoy, el futbolista ha querido rendir un emotivo homenaje al que califica como su "maestro", "su entrenador fuera del Fútbol".

"Gracias José Ángel"

"Gracias José Ángel. Mi entrenador fuera del fútbol en esa otra vida Metódico, serio, conciso pero eficaz . Entre confidencias, viajes y vida en común pasaron 8 maravillosos años contigo en la universidad de tu manera de narrar y hacer televisión, donde me enseñaste" comienza diciendo el futbolista junto a una imagen con el mítico narrador.

"Esa imagen vale más que cualquier palabra. A nadie se lo decías, pero yo sé que formaba parte de ese selecto grupo de personas a las que tu carácter y tu formación no te permitía decírselo. Cada vez que escuche la narración de un partido, te seguiré extrañando", concluye.