Deportivo
Naturalmente líder
Muy superior al Deportivo, el Real Madrid manejó el partido a su antojo, con largas posesiones de la pelota. Empieza el campeonato como lo terminó la temporada pasada: primero
Lo intentó con orgullo, a la contra el equipo local, con Andone buscando la espalda de un Ramos más despistado que otros días, pero se encontró con Navas.
La jugada la empezó Keylor Navas y 44 pases después, la acabó en el área pequeña rival Casemiro, ese centrocampista que ha descubierto lo divertido que es golear. Fueron más de dos minutos de posesión del balón del Madrid sin que lo tocase el Deportivo. Una jugada larga, paciente del líder de la Liga que acaba de empezar con la mejor cara posible. Éste es el Madrid, que ganó la temporada pasada y que ha comenzado esta mucho más seguro, más dominante y con tantas variantes que está muy lejos, demasiado lejos de conjuntos como el Deportivo de Pepe Mel. Lo intentó con orgullo, a la contra el equipo local, con Andone buscando la espalda de un Ramos más despistado que otros días, pero se encontró con Navas. Eran dos contras a vida o muerte, que sabía el Dépor que no iba a tener más. No pudo marcar esas y no gozó de más.
El resto del choque fue lo que quiso el Madrid, que jugó lento o rápido, en vertical o en horizontal, para hacer daño o para calmar el choque. Decidió a qué ritmo y a qué se jugaba, si había que hacer largas jugadas o ser rápidos a la contra y todo con la sensación de que no necesitó esforzarse al máximo. Si comparamos el partido de ayer con la intensidad con la que se jugaron los clásicos es como si el Madrid jugase con varias marchas metidas. Y aún así le fue suficiente.
Más o menos, con la ausencia de Ronaldo, sacó a Zidane su equipo de gala, a excepción de Nacho, en vez de Varane junto a Ramos. Aunque considerar a Nacho un suplente en este equipo es exagerado. Tiene calidad y capacidad para jugar en cualquier partido y ser titular. Lo que hizo ya el año pasado lo va a confirmar éste sin ningún tipo de duda.
El Real Madrid tomó la pelota desde el primer minuto y sólo la soltó cuando el Dépor le empujó un par de veces. Fueron unos paréntesis. Con Isco flotando delante de la línea del centro del campo y cayendo hacia la izquierda y con Benzema bajando al centro del campo para asociarse, el equipo blanco se movió de un lado a otro, con toda la calma del mundo, a la espera de su oportunidad. Que llegase el gol era cuestión de tiempo. Y para no romper la tradición lo hizo Bale, como en las últimas tres temporadas. La presencia del galés en el partido fue creciendo a lo largo de los minutos. Zidane no le discute y él le responde con goles y con dedicación en su juego.
Ahora mismo todo en el Madrid funciona como un reloj. Es lo que da mantener el bloque y que los futbolistas se conozcan y confíen. Han aprendido como jugar y saben cómo van a reaccionar los compañeros.Y si algo falla, aparece Keylor Navas, que redondeó su partido parando un penalti en la segunda mitad.
El equipo de Zidane sube varias niveles con un portero así. Lo para todo. Está iluminado, como en su primera temporada en el Bernabéu. Ágil, rápido, llega todo y vuelve a adivinar por dónde van los penaltis. Con un guardameta así y con la plantilla que tiene el equipo, que en los cambios salen al campo futbolistas como Asensio y Marcos Llorente, el Madrid asusta. Ha ganado al Barcelona dos veces y con los rivales de la parte media o baja de la tabla parece infinitamente superior.
Es como arañar a un gigante. No sufrió nunca el conjunto blanco, por eso extrañó un poco al nivel de intensidad con el que disputó Ramos gran parte de los minutos. Primero se enfadó porque Modric echó un balón fuera cuando un jugador del Dépor estaba en el suelo y después fue a todos los encontronazos que pudo. En un partido que no hubo ni una batalla importante, el capitán del Real Madrid terminó expulsado.
Lo bueno de este equipo es que cuando ve que suceden cosas así, piensa que hay un recambio de garantías para cubrir la sanción. Que es invulnerable.
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