Real Madrid
En el Madrid sólo está permitido ganar
Gracias Carlo: el Madrid reconoce su trabajo y su buen carácter, pero cuestiona no haber ganado un título y las lesiones. Bienvenido Benítez, que llegará la primera semana de junio.
Gracias Carlo
El Madrid reconoce su trabajo y su buen carácter, pero cuestiona no haber ganado un título y las lesiones
Paul Tenorio
En el Madrid sólo vale ganar. Si algo no puede resistir el club blanco es precisamente un año en blanco. Pese a las conquistas de la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, ambas cimentadas la pasada temporada, el Madrid de Ancelotti cerró la 2014/15 sin ninguno de los tres grandes títulos («Champions», Liga y Copa) en sus vitrinas y eso es un resultado que siempre trae cambios en la Casa Blanca y, especialmente, en el banquillo. La historia reciente del Madrid lo demuestra: los dos predecesores del técnico italiano, Pellegrini y Mourinho, enfilaron la puerta de salida tras una temporada sin títulos. Está en el ADN del Madrid. Es como una especie de ley no escrita.
Por ello, en la cúpula del club se ha decidido que Ancelotti sea relevado de su cargo, algo que se le comunicará en las próximas horas. Y ha sido una decisión difícil de tomar, porque a Ancelotti le han avalado tres factores en sus dos años en la entidad merengue: ha sido un caballero, tiene el apoyo del vestuario y, lo más importante, fue el hombre que trajo la ansiada «Décima». Por ello, Ancelotti siempre será bien considerado tanto entre la afición como en el palco.
Pero la labor de Carletto también ha dejado algunas dudas esta temporada y son las que precisamente han inclinado al club hacia la opción de buscar un sustituto. En primer lugar, no se ha entendido su política de rotaciones. Se ha puesto una amplia plantilla a su disposición para que, al final, hayan terminado jugando siempre los mismos 14 jugadores. Esa falta de rotaciones ha podido influir en la plaga de lesiones (17 caídos por fatiga muscular y sólo cinco en el Barça) que ha sufrido el equipo en el tramo decisivo de la temporada y también ha impedido que los menos habituales hayan rendido a buen nivel cuando, por fuerza mayor, han tenido que pisar el césped.
Tampoco gustó en la T4 madridista que el equipo se dejara ir después de conquistar el Mundial de Clubes en el año del soñado Triplete, o la pasada temporada cuando, con opciones a ganar la Liga, volcó todo su esfuerzo en la final de Lisboa. Las declaraciones de Carletto tras la eliminación copera ante el Atlético –«Quizá nos venga bien»– se consideraron muy desafortunadas en su momento. Esa relajación también se tradujo en los 38 goles encajados en Liga por tan sólo 21 del Barça.
Por último, está el tono paternalista de Ancelotti con sus jugadores. Necesario tras la guerra civil vivida en el tercer año de Mourinho, en el club apuestan ahora por una figura más técnica, un entrenador que cuente con menos simpatías entre los futbolistas, pero que les suba el listón en cuanto a la exigencia física y táctica.
Bienvenido Benítez
El actual técnico del Nápoles llegará la primera semana de junio
J. Aguado
Era un estudioso del fútbol, un adelantado a su tiempo. Fue uno de los pioneros en romper esa antigua idea de entrenador e instaurar un método moderno con el ordenador como principal herramienta. Incluso nos daba charlas sobre nutrición y viajaba a Estados Unidos para estudiar el tema. Ya se veía que sería un gran entrenador», contaba Contreras en un reportaje de la web del Madrid sobre Rafa Benítez. Es un entrenador que ha dejado huella en todos los futbolistas que ha entrenado. Porque les insiste mucho, les exige mucho y hace muy complicado romper la barrera entre un entrenador y sus jugadores. En ese punto es lo contrario a Ancelotti, que buscaba la complicidad con los jugadores para obtener de ellos el máximo rendimiento. Son dos maneras de concebir el mando. Así el italiano ganó la «Décima» su primera temporada y ha competido en la segunda. Con su método, Benítez ganó dos Ligas con el Valencia y la «Champions» con el Liverpool. Habrá que ver cómo se adapta al Real Madrid.
El club blanco es distinto a casi todos. Lo ha comprobado Ancelotti y bien que lo sabe Benítez, que entró en la entidad con 13 años cuando quería ser futbolista y estuvo entrenando a los filiales cuando se convenció de que quería ser un entrenador de éxito. «Era un entrenador que lo quería tener todo controlado. Era un poco pesado, sí, pero quizá por ello ha triunfado», explicaba Morales en el mismo reportaje de la web blanca.
Rafa Benítez ha ido perfeccionando su técnica, ha ido acumulando experiencia, ha tratado con grandes futbolistas y sabe lo que es competir en España, en Inglaterra y en Italia. Pero en todos los sitios en los que ha estado ha tenido clara una cosa: un equipo se crea a partir del orden. Sólo de ese modo es posible construir las bases del éxito. Eso significa que le gustan los equipos que se protegen bien atrás. Desde el Madrid saben que, a priori, el nombre del actual entrenador del Nápoles seduce a muy pocos socios. Pero ya le han comunicado al entrenador que en el Santiago Bernabéu no se puede pensar en defender, o no tiene que ser eso el punto principal. Hay que tener orden, pero también jugar al ataque, ser un equipo goleador. Ponen el ejemplo de Mourinho, que superó el récord de goles sin dejar de creer que los partidos y los campeonatos se ganan con seguridad defensiva.
Tampoco hay que explicarle mucho a Rafa Benítez, que sabe dónde se mete. El reto es inmenso para el entrenador. Abandona el Nápoles después de una temporada sin títulos y se mete en un club en el que ya sabe que ganar es el principio de todo y lo único que asegura la continuidad. Llegará la primera semana de junio y enseguida se pondrá a trabajar. Mourinho dejó el legado de la tensión para competir Ancelotti la elegancia para alcanzar el éxito. Le toca a Benítez dejar su huella en el Real Madrid.