Fiesta en el Camp Nou: el Barça jugará la tercera final de la Champions consecutiva

Aitana Bonmatí fue conduciendo el balón y las jugadoras del Chelsea se iban abriendo como las aguas a Moisés. Nadie se atrevió a entrar, reculaban, la portería cada vez estaba más cerca, y la fantástica centrocampista esperó al momento adecuado para ceder el balón a Graham y que pudiera marcar. El tanto llegó tarde en el sentido de que el dominio del Barcelona había sido completo. Una hora con el casi monopolio absoluto de la posesión, aunque sin lograr generar demasiadas ocasiones. Era el conjunto inglés quien necesitaba marcar después del 0-1 de la ida, pero el plan para hacerlo era refugiarse y ser paciente.

El tanto de Graham parecía un alivio, la ventaja ya era mucha, más con lo que se estaba viendo, pero el fútbol a veces no tiene ningún sentido. En una de las pocas estiradas del Chelsea, llegó el empate. Mariona Caldentey perdió una pelota en el centro del campo y eso descolocó a las azulgranas, que hicieron mal el repliegue, fueron perdiendo duelos y permitieron que Kerr encarara a Sandra Paños. La portera pudo con ese primer mano a mano, pero no con el rechace, que fue a los pies de Reiten sin oposición.

El empate podía haber puesto nerviosas a las barcelonistas, que en líneas generales estaban presionando de maravilla, por eso el balón siempre terminaba en sus pies. En la primera parte por momentos el Chelsea no llegaba ni a pasar del centro del campo. Tras el descanso consiguió estirarse más y el gol era un aliciente para pensar que podían remontar. El Camp Nou, con más de 70.000 espectadores, entendió que era el momento de animar a las suyas y subió las revoluciones, mientras que las jugadoras hicieron lo contrario, tratar de anestesiar el encuentro con un fútbol control, pase a pase para que no pasara demasiado.

El resultado mantenía la incertidumbre y cada acercamiento de las «blues» era un motivo de preocupación. En realidad, no fueron muchos, apenas un par de disparos lejanos de James que no inquietaron a Paños. La oportunidad más clara la tuvo Salma Paralluelo, que se encontró con el paradón de Berger. A los 82 minutos el estadio empezó a cantar «Alexia, Alexia», porque la Balón de Oro volvía a una convocatoria una vez superada su rotura de ligamento cruzado. Con otro resultado, hubiera jugado un rato. Con uno tan corto, vivió desde el banquillo la clasificación del Barça para la final de la Champions por tercer año consecutivo. Será el 3 de junio en Eindhoven contra el Arsenal o el Wolfsburgo.

1- Barcelona (4-1-4-1): Paños, Marta Torrejón (Crnogorcevic, 73’), Paredes, Mapi León, Rolfo; Walsh (Engen, 60’), Aitana (Geyse, 83’), Patri; Graham, Mariona y Oshoala (Paralluelo, 60’). Jonathan Giráldez (E)

1- Chelsea (4-1-4-1): Berger; Perisset (Rytting Kaneryd, 81’), Mjelde, Eriksson, Carter; Cuthbert, Leupolz, Reiten (James, 75’); Charles, Kerr y Fleming (Harder, 75’). Emma Hayes (E)

Goles: 1-0 (min 61): Graham. 1-1 (min 67): Reiten.

Incidencias: Más de 70.000 espectadores en el Camp Nou. Vuelta de semifinales de la Champions. En la ida había ganado el Barça 0-1.