Tribunales

Los informes del hijo de Negreira al Barça, "un mero trámite para justificar los cobros"

González González aseguró a la Guardia Civil que el exnúmero dos de los árbitros pudo ponerse de acuerdo con directivos blaugranas para "repartirse" el dinero

Joan Laporta, presidente del Barça
Joan Laporta, presidente del BarçaAgencia EFE

El exárbitro José Luis González Gonzalez -uno de los que interrogó como testigo la Guardia Civil en el marco del "caso Negreira" el pasado julio- aseguró en su declaración que los informes que el hijo de José María Enríquez Negreira elaboró para el club azulgrana, con los que el presidente culé, Joan Laporta, intentó justificar el pago de más de siete millones de euros durante 18 años al entonces número dos del colectivo arbitral, eran "inútiles", por lo que se trataba de "un mero trámite para justificar los cobros".

De hecho, trasladó a los agentes que piensa que Negreira "se puso de acuerdo con directivos o miembros del FC Barcelona para beneficiarse a título particular con esos pagos, repartidos entre ellos".

El colegiado considera que el FC Barcelona contrató esos servicios porque "les haría entender que tenía algún poder sobre los árbitros" y asegura que "se aprovecharon" de la condición de Enríquez Negreira como vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros "para obtener un beneficio económico" que se habrían repartido entre el propio Negreira "y miembros del club".

González González manifestó, en línea con lo asegurado por otros colegiados, que "era una práctica habitual" que Javier Enríquez quedara con el equipo arbitral, para tomar un café e incluso les acompañara "a algún estadio, no solo cuando iban al FC Barcelona, sino a otros clubes catalanes".

Según explicó, él no contrató al hijo de Negreira, pero sí sabe que algunos compañeros de profesión contaron con él como coach, como también hizo el Gerona, aunque según dijo "la relación acabó mal".

Fernández Hinojos: Negreira "no estaba capacitado"

Otro de los colegiados interrogados por la Guardia Civil, el excolegiado Ignacio Fernández Hinojosa, explicó, a diferencia de otros compañeros que definieron a Negreira como un "general" del colectivo arbitral, que a pesar de ser vicepresidente del CTA "no hacía nada" porque "no estaba capacitado, ni siquiera técnicamente", por lo que era Sánchez Arminio, entonces al frente del Comité de Árbitros, quien "lo manejaba todo". Lo único que hacía era comunicar a los colegiados, durante las concentraciones, "las calificaciones que iban recibiendo". Pero precisó que en su opinión la capacidad que tenía sobre la plantilla arbitral era "prácticamente ninguna". De hecho, señaló que iba a las reuniones del comité arbitral "para aparentar" y "darse importancia". Su relación con él, aseguró, era "mala.

A Negreira lo conoció, recordó, tanto en su etapa como árbitro como cuando accedió a la vicepresidencia del CTA, aunque personalmente no tenía ninguna relación.

En relación al hijo de Negreira, Javier Enríquez, explicó que desde el CTA se les dijo que lo contrataban para "asuntos audiovisuales", para grabar las actuaciones arbitrales, unas imágenes que se utilizarían posteriormente en las concentraciones para "corregir las actuaciones" desde el punto de vista técnico. Aunque precisó que no estuvo en ninguna de las concentraciones a las que él asistió y que con él nunca cruzó una palabra.

Y aunque a él nunca tuvo relación con Negreira o su hijo cuando arbitraba en Barcelona, aseguró que otros compañeros le comentaron que sí fueron a cenar con Negreira y que Javier Enríquez les acompañó "desde el aeropuerto o la estación hasta el estadio".

Del mismo modo, afirmó desconoce que trabajaban para el Barça, respecto a lo cual añadió que los árbitros "están sorprendidos por todo lo que ha salido en prensa".

En todo caso, manifestó que el club azulgrana pudo contratarlos pensando que tenían "alguna influencia en los árbitros y de esa manera favorecer al club en el aspecto deportivo". Negreira, dijo, "aprovechándose de su posición, ha engañado de alguna manera a alguien del FC Barcelona, haciéndoles creer que iba a poder influir en la competición" con el objetivo de "obtener pagos por parte" del club. Pero no cree que influyera en la competición.