Atlético de Madrid
La historia del derbi: «Eran unos rompedores»
El primer derbi de la Liga se disputó en febrero de 1929. Descendientes de esos jugadores cuentan cómo era ese fútbol
El primer derbi de la Liga se disputó en febrero de 1929. Descendientes de esos jugadores cuentan cómo era ese fútbol
«Cosme iba a Argentina, pero el barco pasó por Cuba y era tal su fama que le obligaron a bajarse y estuvo unos años jugando allí», cuenta uno de sus sobrinos, a sus 80 años y con la memoria fresca de los tiempos de su tío. Cosme Vázquez fue una estrella del Atlético a finales de los años 20 y que también jugó, después, en el Madrid. Era cuando el fútbol empezaba a ser profesional y los jugadores tenían ya cierta fama. Era otro modo de entender este deporte y la vida. «Mi padre tenía muchas historias que contar, pero no me acuerdo de todas. Decía que hicieron un viaje a Estados Unidos y que se recorrieron toda América con el Real Madrid. Que tardaron veinte días en llegar», cuenta Margarita, hija de Gerónimo del Campo, delantero blanco en aquella época.
Cosme y Gerónimo jugaron el primer derbi de la Liga. «Los jugadores no están convencidos de la trascendencia del campeonato de la Liga y no fuerzan sus recursos», contaba la crónica que el 26 de febrero de 1929 publicó «Abc» sobre ese choque. Antes el Madrid y lo que sería después el Atlético se habían enfrentado en campeonatos regionales y en la Copa, pero la Liga comenzaba entonces y no se tenía muy claro cuál iba a ser el futuro, ni la rivalidad entre los dos vecinos. Los jugadores que estaban en un equipo, terminaban jugando en el otro años después.
Se vivía todo con mucha más naturalidad, sin la presión de ahora, sin el dinero ni la fama mundial que genera un derbi: «El tío Cosme era cariñoso, generoso, ‘‘fachón’’. En Madrid era muy famoso. Cuando veía un partido de fútbol, se acordaba de su época ‘‘en la que no cobrábamos”, dinero», cuenta otro de sus sobrinas. La pista familiar de Cosme Vázquez es la más sencilla de seguir. Aunque murió sin hijos, tenía 13 hermanos y, por ellos, un sinfín de sobrinos.
Los recuerdos de ese fútbol, aparte de para los historiadores, han quedado ya desdibujados por la memoria. Estaba comenzando el profesionalismo y aún le quedaba mucho camino por recorrer. «En esa época, todos debían ser unos rompedores», cuenta Juan Francisco, otro sobrino de Cosme. «A mí me llevó al Metropolitano antiguo. Me decía: ¿a dónde quieres ir al fútbol o a los toros? Decía que las tácticas no le gustaban, que el fútbol era distinto de cuando él jugaba».
El 24 de febrero de 1929, Marín adelantó al Atlético y después Triana hizo los dos goles de la victoria madridista. El delantero, que también estuvo en el Atlético, fue fusilado después en la Guerra Civil, en Paracuellos del Jarama. Había estrellas, como Gaspar Rubio, que se marchó a México; leyendas como el defensa Félix Quesada, en el Madrid. Y futbolistas como Cosme, que tras retirarse se dedicó a ser feliz: «Él y su pandilla eran bastante golfos, alegres, se iban de parranda y terminaban en Chiquito, en Diego de León, esquina Velázquez. O iban a un sanatorio a pasar la borrachera», cuenta ahora Juan Francisco.
–«¿Con quien va usted para el partido del sábado?»
–«¿Cómo te atreves a hacerme esa pregunta? Con el Atlético de Madrid», responde, casi enfadado, el descendiente de Cosme.
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