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Míchel se despide por carta pero sin mencionar a la propiedad

Afirmó que la experiencia “ha valido la pena porque he comprobado que la gente de este club se desvive cada día por hacerlo mejor y porque sólo te preocupes de estar cómodo"

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El ya ex técnico del Málaga, Míchel González, se ha despedido esta mañana de los aficionados -de quienes le apoyaban y de los que le gritaban ¡vete ya!- a través de una carta publicada en sus redes sociales.

El ya ex técnico del Málaga, Míchel González, se ha despedido esta mañana de los aficionados -de quienes le apoyaban y de los que le gritaban ¡vete ya!- a través de una carta publicada en sus redes sociales. Dijo adión con agradecimientos de forma generalizada y piropeó a los empleados, afición y a sus directores deportivos. No mencionó a la propiedad del club si bien el jeque Al-Thani le había agradecido ayer sus servicios y le había deseado lo mejor a través de un mensaje en Twitter.

En su misiva de despedida el preparador madrileño aseguraba que siempre “he recibido muestras de cariño y enseñanzas y por todo ello mi agradecimiento y el mejor de los recuerdos. Asegura que se marcha “con tristeza, porque a mí y a mi familia nos gusta tanto la ciudad como su gente y nos hubiera gustado echar raíces, además de que mi nuevo nieto malagueño nos viera por aquí cada día, pero también con porque hemos vivido cosas buenas”.

Afirma Míchel que la experiencia “ha valido la pena porque he comprobado que la gente de este club se desvive cada día por hacerlo mejor y porque sólo te preocupes de estar cómodo y esto es muy difícil, ya que “no se ve en todas partes y es algo que fomentan los trabajadores de cualquier departamento de este club”.

También ha tenido un agradecimiento para los directores deportivos -Arnau, quien le trajo, y Husillos, quien le tuvo que despedir- “porque ambos confiaron en la persona y valoraron al entrenador con el paso de los días y nuestras múltiples conversaciones”. Como deportista que es afirma “aceptar que los resultados no conocen de merecimientos, ni de plena dedicación; sólo del gol aunque ya no los metamos”.Reconoció tener una deuda con sus colaboradores y con los trabajadores que se encontró: fisioterapeutas, médicos utilleros, preparadores físicos, técnicos y comunicación.

Tuvo palabras también para los jugadores, a quienes “me hubiera gustado hacerles mejores y que pudieran disfrutar al máximo” y reconoció que “los dirigentes del club tuvieron mucha paciencia por el compromiso de los jugadores” con el técnico.

Finalmente, deseó que “las victorias empiecen a llegar para poder disfrutar de esa calma que se necesita y que mi sucesor lo consiga, yo no sólo se lo deseo, lo creo”. Para el jeque Al-Thani, el propietario, ni una palabra.