Modric es el jefe

Metió un golazo de volea dio más pases y cortó más balones que nadie. «Con él, somos diferentes, mejores», dice su seleccionador

El despeje del jugador turco se fue muy alto para caer al borde del área. Algunos, como Tufan, pensaban que ya se había acabado el peligro: salió del área atusándose el pelo, al trote, a sus cosas, con calma. Mientras, en sentido contrario, Modric corría con su hambre insaciable, con la fe de quien ve en cada balón una oportunidad. Remató el croata antes de que la pelota cayese al suelo y dio la victoria a Croacia. «En lo que concierne al gol, logré un golpe perfecto al balón. Estoy muy contento con nuestro resultado y con el hecho de que hayamos podido hacernos con los tres puntos», decía el futbolista del Madrid, elegido el mejor del partido. Jugó como hace en España, al lado del mediocentro, con capacidad para descolgarse hacia el área. Todos los balones de ataque pasaron por él y fue el primero en hacer un esfuerzo defensivo. Fue el jugador que más pases dio y el que más balones recuperó. Desde ya, es el gran enemigo de la Selección. «El ambiente en el equipo es positivo y estamos confiados. Pienso que lo hemos demostrado en el campo. Fuimos muy agresivos en nuestro juego, con muchos pases y posesión del balón. Somos un gran equipo y hemos ganado el primer partido. Eso nos da esperanza y confianza para después y aumenta nuestras posibilidades de continuar, pero debemos afrontar esta fase de grupos etapa por etapa», explicaba después.

Él decide cómo juega su equipo. Rakitic se sitúa un poco más adelante, mientras Modric reparte el balón a una banda o a otra. Al jugador que más buscó fue a Srna, en la banda derecha. En la izquierda Perisic rompía a una Turquía decepcionante. Cuando Croacia se puso a jugar a los mandos de Modric, el rival desapareció. «Modric ha jugado realmente bien, ha sido nuestro líder», explicaba Cacic, el entrenador croata. «Se merece que hablemos de él, ha sido uno de sus mejores partidos. Ha marcado un gol mágico que ha resultado decisivo. Necesitamos a Luka en su mejor forma porque todo el equipo parece diferente. Se vuelve mejor y más agresivo».

Ya nadie duda de que su posición es la de mediocentro. Con la madurez que le dan los años, cada vez ve el fútbol con más facilidad y lo entiende como muy pocos jugadores logran hacerlo. De Modric depende que su selección pueda hacer algo interesante en este campeonato. «Es uno de los mejores jugadores de la historia de Croacia», continuó su entrenador. Si en el Madrid su protagonismo a veces se diluye ante la potencia de los tres delanteros, en su selección es el que manda, porque no hay un futbolista mejor que él sobre el campo.

Lo que pueda suceder con la selección croata es un misterio. Tras ganar sin problemas a Turquía, le espera la República Checa y después España. Quizá ese partido, contra la actual campeona, pueda medir las aspiraciones de un conjunto que tiene jugadores para llamar la atención, con experiencia en los grandes equipos, pero que no termina de dar el paso hacia delante. «Somos conscientes de la calidad que tenemos», contaba Modric después del choque. «Hemos entrado desde el inicio tal y como habíamos planeado, y fuimos mucho mejores que Turquía. Pudimos marcar al menos tres tantos más, pero lo más importante es que nos hemos cargado de confianza».

Pudo marcar bastantes en la segunda mitad, pero se encontró con los palos. Con el gol de Modric, fue suficiente.

-- Ficha técnica:

0 - Turquía: Babacan; Gönul, Topal, Balta, Erkin; Inan, Tufan, Özyakup (Volkan Sen, min. 46); Çalhanoglu, Arda Turan (Burak Yilmaz, min. 65) y Tosun (Emre Mor, min. 65)

1 - Croacia: Subasic; Srna, Corluka, Vida, Strinic; Badelj, Modric; Brozovic, Rakitic (Schidenfeld, min. 90) Perisic (Kramaric, min. 87); y Mandzukic (Pjaca, min. 93).

Gol: 0-1, min. 41: Modric.

Árbitro: Jonas Eriksson (Suecia). Mostró cartulina amarilla a Tosun (min. 31), Balta (min. 48) y Volkan Sen (min. 91) por parte de Turquía, y a Strinic (min. 80) por parte de Croacia.

Incidencias: Partido del grupo D de la Eurocopa de Francia disputado en el estadio Parque de los Príncipes de París ante unos 48.000 espectadores.