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Chadli, el héroe de bélgica que debutó con Marruecos

Nacer Chadli celebra su gol a Japón en el último segundo
Nacer Chadli celebra su gol a Japón en el último segundolarazon

A Nacer Chadli le costó bastante volver a ser feliz jugando al fútbol tras la muerte de su padre. Lo consiguió con el apoyo de su familia, de sus amigos y de los compañeros del Tottenham, que lo emocionaron al disputar el siguiente partido con brazaletes negros. Era enero de 2015 y la pésima noticia cortó la buena temporada que estaba realizando este futbolista que puede jugar en todas las posiciones del centro del campo. Había llegado a White Hart Lane en el verano de 2013, como parte de la inversión que el club londinense hizo tras vender a Gareth Bale al Real Madrid. Belga de nacimiento, no fue su selección actual la primera en la que debutó como jugador a nivel internacional. Sus orígenes familiares están en Marruecos y llegó a jugar un amistoso con la camiseta del conjunto africano. Fue ante Irlanda del Norte, pero ahí quedó su historia.

Como no fue un partido oficial, estaba a tiempo de probar con Bélgica y es lo que hizo. Fue invitado a una concentración y desde el primer momento supo que aquel era su sitio. «Tomé la decisión con el corazón», reconocía al anunciar que su carrera internacional la haría con su país de nacimiento. Con los «Diablos Rojos» ya estuvo en el pasado Mundial y también entró en la segunda parte de un choque decisivo. Jugó los últimos quince minutos de los cuartos de final ante Argentina, pero no pudo influir en el marcador igualando el tanto de Higuaín que dejó fuera de Brasil 2014 a la prometedora generación belga. El lunes, ante Japón, Roberto Martínez le dio los últimos 25 minutos y esta vez sí pudo influir en el juego y en el resultado. Su gol en el último segundo, culminando un contragolpe de manual, mantiene en el torneo a la cuadrilla de Hazard y Lukaku, al mismo tiempo que ha puesto bajo los focos a un futbolista más acostumbrado a vivir en la sombra. Un tanto que le puede cambiar la vida como la dieta que le convirtió en un jugador físicamente mejor.

Él mismo reconoce que no tenía los mejores hábitos alimenticios y entre la llegada de Pochettino al Tottenham y los consejos de Kompany y su mujer decidió acudir a los especialistas de un lujoso SPA en el norte de Italia. Allí coincidió con Benzema y se sometió a un estudio para saber qué podía y que no podía comer. Perdió peso y ganó agilidad y potencia el nuevo héroe de la afición belga, el futbolista que salió desde el banquillo junto a Fellaini para condenar a los japoneses.