Mundial de clubes
Las nueve paradas de Courtois
Nueve paradas tuvo que hacer para la victoria del Madrid, varias de ellas con empate a cero
Nueve paradas marcaban las estadísticas del Real Madrid. Nueve veces que Courtois salvó a su equipo antes de que Montiel marcara el tanto del Pachuca cuando se cumplía el minuto 80.
Las paradas, como los goles, se suman todas, pero no valen todas lo mismo. Courtois hizo al menos un par de ellas cuando el marcador todavía señalaba un empate a cero y el Real Madrid ya jugaba con un futbolista menos por la expulsión de Asencio.
Courtois no distingue torneo ni época del año para ser decisivo. El calor del verano estadounidense le afecta tan poco como el frío europeo del invierno, el belga siempre está dispuesto para sacar una mano salvadora que justifica ese título indemostrable desde hace años de mejor portero del mundo. Aunque por el medio haya tenido que superar una lesión de ligamentos que no le impidió, después de toda la temporada parado, defender la portería en la última final de la Liga de Campeones que ganó el Real Madrid.
Courtois tiene 33 años y un contrato que acaba en junio de 2026 y que está tratando de renovar. Y sigue haciéndose imprescindible. Los problemas con él son menos problemas, aunque en el fondo pongan en evidencia los problemas defensivos del Real Madrid. Le llegaron demasiado, aunque para eso influyó también la expulsión de Asencio. «Son dos veces el mismo error», reprochaba el portero al defensa en el descanso. Se refería a que ya en el primer partido contra el Al Hilal el empate del equipo saudí llegó por un penalti innecesario que hizo el canterano. «Pero él lo sabe y no hay problema», añadía para quitar presión a Asencio. «Vamos a ganar por él», advertía.
El Real Madrid cumplió con la promesa de su portero gracias sobre todo a las paradas del belga, aunque el premio para el mejor partido fuera para Bellingham, que repartía méritos en su gol con Fran García. «Buen pase», decía, pero destacaba sobre todo que la jugada se había generado en sólo «dos toques». El primero, de Gonzalo, para descargar hacia la carrera de Fran García por el lateral izquierdo. Después, el pase de Fran y ya sólo quedaba el remate del inglés.
Courtois ya había trabajado antes, pero le quedaba mucho trabajo para el final. Especialmente desde la entrada en el campo de John Kennedy, el brasileño que esperaba su oportunidad en el banquillo y que lo puso a prueba desde que pisó el césped. El talento de Kennedy no va a juego con su disciplina. Por eso su entrenador le hizo comenzar en el banquillo. Pero Courtois respondió igual al comienzo y al final del encuentro.