Real Madrid

El volcán en el que jugó Vinicius en Vallecas

Está acostumbrado a que los rivales busquen que pierda la paciencia, pero ante el Rayo no marcó, ni chutó ni hizo un regate

Ancelotti agarra del brazo a Vinicius para separarlo del colegiado
Ancelotti agarra del brazo a Vinicius para separarlo del colegiadoDPA vía Europa PressEuropa Press

En el camino desde el vestuario del estadio de Vallecas hasta el autobús, Vinicius se encontró con un niño que le pidió la camiseta porque era su cumpleaños. El brasileño se paró, se quitó la sudadera de chándal que llevaba puesta y se la regaló al chico junto con un abrazo. Era uno de los primeros momentos de paz de la noche para Vini, que había vivido prácticamente dentro de una guerra los noventa minutos del partido ante el Rayo Vallecano. El máximo goleador del Real Madrid esta temporada no marcó; es uno de los que más remata de la plantilla, pero no chutó una vez entre los tres palos y siendo el jugador más desequilibrante del vigente campeón de Liga no le salió ni un regate durante todo el choque. «Hemos bajado el nivel de calidad que solemos tener. Fue un partido difícil para todos y especialmente para los delanteros, que sufren más cuando tienes dificultades para sacar la pelota, como nos sucedió a nosotros», explicaba Ancelotti después de la derrota.

Vallecas fue una caldera en la que no dejaban de aparecer balones en el césped en el tiempo de descuento y donde Vinicius se vio obligado a jugar en un volcán, pero, a diferencia de otras veces, no pudo sobreponerse. «Nos ha faltado ganar los duelos que ganamos otras veces. Ha sido un partido difícil para Vinicius y para todos», continuaba el entrenador, que no quería personalizar en su delantero. Le quitó importancia a ese momento en el que salió del banquillo para sujetarlo del brazo y llevárselo cuando discutía con el colegiado ya con tarjeta amarilla. Para entonces ya había empezado la guerra contra Vinicius, al que los rivales buscan insistentemente para intentar que se le vaya la cabeza y se autoexpulse.

«No creo que haya tenido una marca especial distinta a otras. Siempre tiene marcas especiales y no tuvo el nivel que ha tenido en el resto de partidos de esta temporada, nada distinto», seguía Carlo cuando le preguntaban por las acciones de Balliu, el lateral que llegó a dar un golpe en la cabeza a Vinicius jugándose la expulsión. Confesaba que trató de sacar de quicio al mundialista por Brasil y viendo su segunda parte, lo consiguió. Desapareció Vini tras el descanso cuando el Madrid lo necesitaba para quitarse de encima la presión del Rayo. Su noche empezó con una escapada que acabó en falta y tarjeta, pero después no encontró esa rendija para ser decisivo. Se peleó con todos, recibió siete faltas, pero tuvo la cabeza más fría que otras veces, porque los intentos de desquiciarlo fueron tan evidentes como cuando Isi lo empujó de manera descarada fuera del campo sobre la línea de banda. «Con futbolistas así hay que buscar ese otro fútbol para pararlos. Intentaba ir fuerte, marcar territorio y que él también tuviera en la cabeza que hace unas horas había salido la lista de Brasil», confesaba Balliu en «Radio Marca» después del triunfo.

Vinicius ya tuvo un día ajetreado contra el Mallorca, cuando le hicieron una entrada de roja directa que el colegiado no vio y muchos días después los futbolistas bermellones seguían quejándose de las provocaciones del brasileño. Sus bailes de celebración acabaron en una polémica por algunos comentarios racistas a los que Vinicius solo sabe poner más fútbol. Es su personalidad, es valiente en los ambientes hostiles y sin Benzema o incluso con él, es el líder del Madrid en ataque.