Athletic de Bilbao
Goles de cantera
Brais Méndez se cuela en la fiesta de Unai Núñez y marca en el descuento el tanto del empate del Celta ante un Athletic sin acierto.
Brais Méndez se cuela en la fiesta de Unai Núñez y marca en el descuento el tanto del empate del Celta ante un Athletic sin acierto.
De Unai Núñez a Brais Méndez, dos canteranos, uno vasco, otro gallego, y los dos protagonistas en San Mamés de un Athletic-Celta que no pasará a la historia por ser un gran partido, aunque el choque dejó cosas buenas. La primera es que Munian volvió a una convocatoria y sufrió desde el banquillo los avatares de un encuentro en el que mandaron sus compañeros, pero no encontraron las soluciones ofensivas para rematar a un Celta que espabiló con el gol encajado y que aprovechó una buena jugada para empatar en el descuento con el tanto de Brais Méndez, la joya de la cantera viguesa, que había entrado por Radoja.
Empecemos por el final. Y es que al Athletic le faltó suerte –y temple en la parte final del choque– hasta con el arbitraje, ya que Del Cerro Grande no pitó ninguna de las tres faltas máximas que le pidió la grada de San Mamés. Las dos primeras, una mano de Gustavo Cabral y un derribo de Lucas Boyé a Williams, parecieron claros; mientras que la tercera, otra caída de Williams justo antes de encarar de nuevo a Sergio, pareció más discutible. También Brais Méndez pidió penalti en el minuto 94 por mano de Núñez.
La grada también solicitó más contundencia a los suyos en el remate, pero Aduriz apareció muy tarde en escena y Williams no estuvo acertado. Había más peligro en los balones aéreos que en los disparos lejanos. Eso motivó que el Celta no sufriese en exceso, se fuera al descanso con un punto en el zurrón y el convencimiento de que si apretaba podría hurgar en la herida de un Athletic que no sabe cerrar los partidos como le sucedió después del tanto de Unai Núñez, que se estrenaba como goleador rojiblanco.
El central aprovechó un rechace del palo a un gran testarazo de Raúl García y, adelantándose a Jonny, marcó casi a puerta vacía. Tras la segunda caída de Williams en el área, se animó el Celta, que a punto estuvo de empatar en un remate hacia su propia portería de Iñigo Martínez, respondido por Kepa con un paradón.
Y cuando parecía más cerca el 2-0 que el 1-1 el arreón final vigués desarboló a la defensa rojiblanca, provocó el empate de Brais Méndez con una gran volea cruzada y a punto estuvo de dar también el 1-2 a los gallegos. Lo rozó Hugo Mallo, el asistente de Brais Méndez en el 1-1, con un disparo al palo y lo marcó el propio Méndez, pero en fuera de juego, y no subió al marcador. Hubiera sido un duro castigo para un Athletic que llevó la iniciativa, pero que no halló la fórmula ideal para derrotar a un rival que le plantó cara.