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Javier Fernández: «Tengo la medalla en la cabeza, pero no me obsesiona»
Estrenando galones de doble campeón de Europa, Javier Fernández (Madrid, 1991) se enfrentará al reto más grande de su carrera deportiva: lograr la primera medalla olímpica en la historia del patinaje español. Un hito que, dada su hegemonía continental y el bronce logrado en el pasado campeonato del mundo, es más que posible. Este madrileño residente en Toronto, que será hoy el abanderado en la ceremonia de inauguración de los Juegos de Invierno, afronta la presión con serenidad.
–En menos de una semana (13 y 14 de febrero) entra en acción, ¿cómo afronta estos últimos entrenamientos?
–Desde que llegamos del Europeo de Budapest hemos estado entrenando muy duro. A medida que se ha ido acercando la fecha de la cita olímpica, hemos ido aumentando la carga para intentar llegar en plenitud física. En estos momentos, el trabajo está hecho y, por el momento, estoy tranquilo, pero muy motivado.
–¿Cómo recibió el honor de ser el abanderado? ¿Es verdad que estuvo a punto de no aceptar?
–Que el Comité Olímpico Español me designara fue un honor, algo con lo que sueñas de pequeño. En un principio, mi entrenador (Brian Orser) no quería que viajáramos tan pronto, prefería que nos quedáramos a trabajar en Toronto y que fuera abanderado de la clausura pero, dado que la federación japonesa le solicitó que acudiera antes, este impedimento ya no tenía sentido.
–Hace menos de un mes se colgaba su segundo oro europeo, pero decía que no estaba contento con su programa libre y que en Sochi, necesitaría más...
–En el campeonato de Europa realicé un buen programa corto con marca personal, pero en el libre tuve una serie de fallos que, en los Juegos, no me puedo permitir. Gran parte de nuestra preparación final ha ido encaminada, precisamente, a pulir estos errores, pues los rivales no nos darán tregua.
–La medalla de oro de Budapest era la guinda para una temporada irregular en la que no ha logrado clasificarse para la final del Grand Prix, que era su primer objetivo. ¿Qué cree que le pasó?
–En el patinaje hay muchas subidas y bajadas de forma y esto, unido a problemas de adaptación con las botas nuevas, hizo que no rindiera al nivel esperado. Al ser quinto en el NHK y, tercero en la Rostelecom Cup, no logré clasificarme para la final, pero eso me vino incluso bien, pues pude descansar para las siguientes competiciones.
–Tuvo problemas con las botas, con lo que decidió seguir compitiendo con las viejas. ¿Las llevará en Sochi?
–Pues sí, creo que pueden dar todavía más.
–Su nombre está en casi todas las quinielas olímpicas. ¿Siente la presión de la medalla?
–Sé que llego a Sochi con la oportunidad de lograr una medalla. La tengo en mi cabeza, pero no me obsesiona. Más que el podio, mi meta es competir bien y luego que venga lo que tenga que venir.
–¿Se sentiría decepcionado si no lograra un metal?
–Me preparo y sueño con la medalla, pero mi reto es hacer dos buenos programas. Si lo logro y no obtengo medalla, sí que me daría por satisfecho.
–Qué repuesta más políticamente correcta... ¿Está complemente seguro? Mire que sería un estupendo regalo de San Valentín para su novia
–Pues sí, completamente (se ríe). De todas maneras, éstos no serán mis últimos Juegos.
–Los pronósticos apuntan a que sus rivales más directos serán el tricampeón mundial Patrick Chan y Yuzuru Hanyu, patinadores que acaban de batir récords de puntuación. ¿Qué tiene pensado para plantarles batalla?
–A priori, Patrick y Yuzuru serán los favoritos, pero a la lista se podrían añadir hasta diez nombres más que pueden tener opciones. Chan tiene una calidad de deslizamiento y una habilidad artística increíbles, y Hanyu es una máquina de saltos y piruetas, pero yo también tengo mis armas.
–¿Imagino que se refiere a los tres saltos cuádruples de su programa libre, algo que sólo contados patinadores realizan?
–En gran parte sí. Lo importante es que los cuádruples y, el resto de elementos, salgan perfectos el día que tienen que salir.
–Usted comparte entrenamientos con Yuzuru Hanyu, ¿cómo lleva lo de trabajar codo con codo con un rival tan directo?
–Pues la verdad es que es muy enriquecedor. Yuzuru es un trabajador nato, ver lo mucho que se esfuerza cada día y el gran talento que tiene me empuja a querer ser mejor patinador.
–Rusia, que únicamente cuenta con una plaza para la categoría masculina, recuperará a su superestrella Evgeni Plushenko, que reaparece tras un tiempo alejado de las pistas, ¿qué opinión le merece su regreso; es un rival que deba temer?
R. Plushenko ha sido y es un mito de este deporte pero, en este caso, es un rival más al que tengo que batir y no le doy ni más, ni menos importancia que a otros.
–En estos Juegos Olímpicos de invierno no estará solo, sino que le acompañará la mayor delegación española de patinadores hasta la fecha. ¿Cómo sienta liderar un deporte en crecimiento?
–En mis primeros juegos (Vancouver 2010), sólo fuimos dos patinadores: Sonia Lafuente que, lamentablemente, no ha podido clasificarse esta vez, y yo. Ahora somos cuatro: Javier Raya, Sara Hurtado, Adriá Díaz y yo. En un ciclo, hemos doblado la presencia, un dato que representa un gran éxito para nuestro deporte. Lo importante es que este trabajo lo recojan las generaciones futuras.
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