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Fútbol

Josep Pedrerol habla sobre Lamine Yamal: "Es un ganador..."

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Josep Pedrerol lo dijo sin rodeos: “Lamine no sabe lo que es perder”. Una frase corta, pero cargada de intención a raíz de las declaraciones del futbolista afirmando que ahora mismo no le pueden decir nada porque está ganando. No se refiere solo a resultados o estadísticas. Se refiere a una actitud, a una mentalidad. Lamine Yamal, con apenas 17 años, ha demostrado que no le tiembla el pulso ante nadie. Juega como si llevara toda la vida en la élite, como si hubiera nacido para los focos, como si el peso de un escudo o una selección no le pesara jamás. Lo que destaca en él no es solo su calidad técnica, ni su velocidad o visión. Es su carácter. Ese fuego interno que tienen los que no aceptan la derrota como una posibilidad. Cuando Pedrerol remata su frase diciendo: “La respuesta es de un ganador”, no está inflando el ego de un joven, está reconociendo lo que ven todos los que lo miran de cerca: Lamine responde como lo hacen los que han nacido para ganar.

No se esconde, no duda, no baja la cabeza. Su lenguaje corporal, su toma de decisiones y su forma de competir hablan más que cualquier estadística. Estamos ante un jugador que contagia confianza, que exige más al entorno solo con su presencia. Por eso, cuando se dice que “no sabe lo que es perder”, no se habla de arrogancia, sino de una convicción brutal, casi inconsciente, de que siempre se puede ganar. Esa es la diferencia entre los buenos y los elegidos. En una época donde muchos talentos jóvenes se pierden entre presiones y expectativas, Lamine parece ajeno al ruido.

Compite con naturalidad, con instinto, como si el fútbol le saliera sin pensar. Y quizás por eso impacta tanto. Porque no es solo presente, es futuro y símbolo. Verlo con la camiseta del Barça o de la Selección ya genera la sensación de estar presenciando algo especial. Pedrerol, con su estilo directo, ha puesto palabras a lo que muchos piensan pero pocos se atreven a decir: estamos ante un jugador que no entiende la derrota porque su mentalidad no la contempla. Y eso, en el fútbol actual, es oro puro. Porque los verdaderos ganadores no son los que nunca pierden, sino los que, incluso cuando caen, lo hacen con la certeza de que volverán más fuertes. Y Lamine, por todo lo que ya transmite, parece estar hecho de esa madera.