Fútbol

Jean Paul denuncia las calamitosas condiciones en la que le obliga a vivir el Rayo

Jean Paul comparte con siete futbolistas un piso con cuatro habitaciones en dos de las cuales sólo hay un colchón.

Jean Paul
Jean Paul, futbolista del Rayo Vallecano.El Larguero

El futbolista de 20 años dejó Francia para fichar por el Rayo Vallecano y poder así cumplir un sueño. Sin embargo dicho sueño se ha convertido en una pesadilla. El contrato que le prometió el club nunca llegó, sí una propuesta para cobrar la mitad que nunca aceptó. Es por ello por lo que Jean Paul ha denunciado al Rayo Vallecano, que ha terminado por apartarle del equipo.

“Por la mañana he ido a la ciudad deportiva del Rayo para entrenar y me han dejado entrar, pero cuando he ido a cambiarme me han dicho que no puedo entrenar”, contaba Jean Paul al ser preguntado por su día en la Cadena SER.

“Cuando me dijeron que tenía que firmar otro contrato me dijeron que era un pequeño detalle solo, pero todo era diferente al primer contrato. No sé por qué me cambian todo del primer al segundo contrato, no entiendo nada de este contrato. Me pagan la mitad, cambian muchas cosas y cláusulas...”, ha dicho respecto al citado contrato.

“Me gustaría sobre todo entender por qué. ¿Por qué me han propuesto un primer contrato y después de un mes otro diferente, sin ni siquiera decirme que no había sido firmado por su parte?... ¿Por qué me dejan así un mes, jugando, conociendo a todo el mundo de la plantilla, incluso marcando goles sin ni siquiera poder hablar de eso con ellos?... Ellos me ofrecieron un primer contrato que hicieron ellos, yo no lo hice, no entiendo por qué lo han tenido que cambiar”, ha añadido indignado Jean Paul.

Las vergonzosas condiciones en las que vive Jean Paul

Por último, el futbolista hablaba así del apartamento en el que vive: “En el apartamento somos siete para cuatro habitaciones, hay dos baños, pero solo funciona uno. Hay un baño para siete jugadores que entrenamos a la misma hora. En dos de las habitaciones no hay ni cama, solo hay un colchón. Tenemos un sofá en el sillón, pero no nos podemos ni sentar porque hay agujeros por todo el sofá. El club no paga a la persona que viene a cocinar y a limpiar, entonces tampoco hace la compra porque no la pagan. Lógicamente no va a trabajar gratis para nosotros. Pagamos nuestra propia comida con el dinero que nos dan nuestras familias”.