Obituario

Marcos Alonso, un nombre ligado a los tres grandes de España

El adiós del ex jugador de Atlético y Barça entre otros, se enmarca en una saga irrepetible en la selección. Con su padre, Marquitos, y su hijo, el barcelonista Marcos, conforma el único caso familiar de tres generaciones de internacionales con España

MADRID, 09/02/2023.- Fotografía de archivo fechada el 10 de octubre de 2000 que muestra a Marcos Alonso Mendoza durante su presentación como entrenador del Atlético de Madrid, en Madrid. Alonso Peña, padre del defensa del FC Barcelona Marcos Alonso Mendoza, ha fallecido este jueves a los 63 años tras una larga enfermedad. EFE/ Juan M. Espinosa
Marcos Alonso, en su etapa como entrenador del AtléticoJuan M. EspinosaAgencia EFE

Hijo del internacional absoluto Marcos Alonso Imaz y padre del internacional absoluto Marcos Alonso Mendoza, falleció a causa del cáncer, a sus 63 años, el internacional absoluto Marcos Alonso Peña. Padre, hijo y nieto conforman un caso único en la historia de la selección nacional, tres generaciones de la misma familia que han vestido la camiseta roja de España. Si Marquitos, el iniciador de la saga, fue un mito del Real Madrid y el tercer eslabón, formado en la cantera madridista y revelado en Inglaterra e Italia, juega hoy en el Barcelona, el regateador impenitente recién desaparecido conoció sus mejores años en el Atlético –aunque llegó al Barça junto a Maradona– para completar la también inédita trilogía de clubes grandes servidos por el mismo apellido.

Cántabro como su padre, defensa mítico del Real Madrid que levantó junto a Di Stéfano las cinco primeras Copas de Europa, «el hijo de Marquitos» cumplió con el rito juvenil de llevar la contraria a su progenitor. Por su estilo, ya que fue un fino driblador al contrario que el rotundo zaguero que fue el autor de sus días, y también porque eligió, antes de cumplir la veintena y tras destacar desde juvenil en el primer equipo del Racing de la mano de Nando Yosu, jugar en la capital con la camiseta rayada del Atlético. En menos de dos años, sus vertiginosas carreras y sus regates inverosímiles le valieron el debut como internacional, con ocasión de la victoria de España en Wembley (1-2). Vistió otras veintiuna veces la camiseta de la selección, hasta 1986, pero nunca fue citado para una fase final de Eurocopa o Mundial.

Tras la Copa del Mundo de Naranjito, en la que fue uno de los últimos descartes de José Emilio Santamaría, Marcos se enroló en el Barcelona. El de 1982 fue el verano más loco del presidente José Luis Núñez, que se trajo a Europa nada menos que a Diego Maradona, pero también gastó una millonada en otros fichajes (Julio Alberto, Pichi y Periko Alonso, Urbano...), de los cuales el más caro fue el santanderino, por quien pagó al Atlético 120 millones de pesetas: el futbolista español más caro de la historia, en aquel momento. En la Ciudad Condal, probó las mieles de la noche con el «Pelusa» y ganó la Liga con Terry Venables tras la salida del astro argentino, que se despidió con aquella formidable trifulca al término de la final de Copa ante el Athletic Club, en la que Marcos se distinguió con una patada voladora que tumbó a un técnico del equipo vasco.

Mediados los noventa, Marcos inició una carrera de entrenador que lo llevó a banquillos tan importantes como los del Sevilla y el Atlético, pero en Segunda División. Su ascenso en 1999 con los andaluces fue quizá su logro más sobresaliente en esta etapa, en la que brilló como nunca el talentoso mediapunta griego Vassilis Tsartas, un crack frío como el hielo a quien el carácter volcánico del santanderino supo galvanizar para que se convirtiese en el líder de ese equipo en el que Monchi disputó sus últimos partidos, una promoción contra el Villarreal que devolvía a los sevillistas a la máxima categoría. Aquello le valió para que en el Calderón se acordaran de él durante aquel «añito en el infierno» que fueron dos: debutó en la sexta jornada con un empate ante el Racing de Ferrol, y lo echaron tras perder con el Murcia en la trigésima quinta jornada.