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MotoGP
Marc Márquez regresa a la curva del dolor en Jerez
«La primera vez que he pasado por allí he ido con cuidado, he tardado tres vueltas en pasar normal por esa curva 3», reconocía el piloto del Repsol Honda
Lo primero que hizo Marc Márquez al llegar al circuito Ángel Nieto de Jerez fue caminar hasta la curva 3, sentarse en el asfalto y hacerse una foto que subió a las redes sociales junto a la frase: «Todo listo». En ese mismo lugar empezó el pasado 19 de julio el peor periodo de toda su carrera. Aquel día, ante un sol abrasador, se rompió el húmero del brazo derecho y nada más levantarse, debajo de una sombrilla de los comisarios de pista, se le vio lanzar un grito. Se había dado cuenta de que algo no iba bien en la articulación, justo cuando tras culminar una remontada fantástica decidió bajar el ritmo al ponerse en el tercer puesto. El destino quiso que la rueda delantera de su Honda le golpeara el brazo y saltara por los aires toda su temporada.
Tres operaciones y más de nueve meses después, Marc vuelve a ese lugar del crimen, a la curva del dolor, un reencuentro que fue así: «Una de los cuestiones de este fin de semana era volver a pasar por la curva 3. La primera vez que he pasado por allí he ido con cuidado, he tardado dos o tres vueltas en pasar normal en ese sitio», reconocía. «Luego ya me he sentido cómodo y la comparación con las otras Honda dice que en ese punto era el más rápido, el tiempo respecto a los otros lo pierdo en otras zonas».
Este Marc es distinto, una vez ha interiorizado lo aprendido en todo este tiempo. «Antes de esto yo priorizaba las carreras a mi cuerpo y ahora es al revés. Lo primero es mi cuerpo y luego están las carreras», reflexionaba el jueves ante la pregunta de una aficionada. No va a hacer ninguna locura más y por eso desde que se fue de Portimao no se ha vuelto a subir en una moto. Lo lógico es que en este periodo entre Grandes Premios hubiese hecho motocross, dirt track y mini moto para coger sensaciones y no perder el ritmo, pero los doctores no se lo recomendaron, así que se ha limitado al ciclismo y al gimnasio. Es lo que hay a día de hoy. No puede forzar y tiene que ir poniéndose al día mientras compite.
«El límite ahora mismo lo pone mi capacidad física y no la moto», confirmaba en Jerez, un trazado que conoce pero donde todavía no es capaz de ser el de antes. «Hay algunas curvas que sí las hago como siempre y hay otras en las que por la posición del cuerpo y por la falta de fuerzas noto que no voy a tope», reconocía después de los dos entrenamientos libres de ayer. Fue tercero por la mañana y decimosexto por la tarde, cuando prefirió guardar fuerzas para hoy en lugar de ir a por una vuelta rápida. De hecho, no fue capaz de mejorar su tiempo de la FP1 cuando la mayoría de pilotos sí que lo hizo. Son las reglas que le toca cumplir y por eso en carrera también es consciente de que no podrá cebarse en las primeras vueltas si quiere ser constante hasta el final.
Un escenario nuevo para él, como el que vivió en la rueda de prensa oficial del jueves en Jerez. Él, con 28 años, era el más veterano de los pilotos citados, y el más joven, Pedro Acosta, tiene 12 años menos. «Claro que hay un relevo generacional, es lo que sucede en la vida y en el deporte. Me siento motivado para continuar y para aprender de los que van viniendo. Llegará un momento en el que tenga que aceptar que las nuevas generaciones están pisando fuerte y tú estás bajando. Y entonces te retiras o continuas, pero cuando no me sienta competitivo para ganar carreras decidiré quedarme en casa», decía Marc, que además tiene la desventaja de haber estado un año fuera. «No resulta nada fácil regresar y ves que algunos pilotos han cambiado su estilo de pilotaje y que algunas motos han cambiado mucho en poco tiempo».
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