Motociclismo
Alguien en quien confiar
Cada vez más pilotos optan por tener al lado a un ex campeón como asesor. «Han vivido lo mismo que tú encima de la moto», dice Rabat.
Cada vez más pilotos optan por tener al lado a un ex campeón como asesor. «Han vivido lo mismo que tú encima de la moto», dice Rabat.
Pedrosa tiene a Gibernau, Rossi contrató el curso pasado a Luca Cadalora y Tito Rabat trabaja este año junto a Julito Simón. La misión daada vez más de moda y que la mayoría ve necesaria en el «paddock». «En las carreras es importante tener una persona de la que te fíes y yo, en mi caso, me fío de la gente que sabe lo que pasa ahí dentro. Puedes tener muchos amigos, pero ninguno ha vivido lo que sientes encima de la moto», explica Rabat, uno de los máximos defensores de hacerse con un ex piloto como consejero. «Es alguien con el que puedes hablar de tus cosas, viene a Almería a entrenar conmigo. Lo tienes contigo siempre al ciento por ciento contra quien sea», añade Tito. «Si lo escucho puedo aprender mucho. En este deporte todo el mundo habla, pero pocos saben lo que piensa un piloto y los problemas que tiene», concluye.
El combo más mediático de los que hay ahora en MotoGP es el de Pedrosa y Gibernau. Dani trabajó en sus inicios en la categoría reina con Alberto Puig, en un momento en el que este puesto de asesor no era tan común. Se trata de tener una visión cercana de la situación, pero al mismo tiempo con una perspectiva un poco más general que la del propio protagonista, y aquí entra en escena Sete, que va a tratar de llevar a su pupilo al único escalón que le falta.
La idea es sumar elementos en busca de ir un poco más rápido y hasta el mínimo detalle cuenta. Los «coach» van a la pista a ver cómo trazan las curvas sus chicos y después pulen las maniobras con el objetivo de arañar alguna décima. Emilio Alzamora lo hace con los hermanos Márquez, que también se tienen el uno al otro para hacer estas labores. Se pasan muchas horas viajando juntos y hablando de motos, de cómo les ha ido la última prueba y de cuáles son sus sensaciones. Es otra de las vertientes del papel de los «coaches», pero en el caso de Marc y Álex no es necesario que exista un contrato de por medio, porque todo queda en casa.
Lorenzo contaba con Wilco Zeelenberg en este rol durante su etapa en Yamaha, era la persona del equipo más cercana a él, ése al que hacía el último guiño antes de bajarse la visera y comenzar a competir. Ahora, el holandés se ha hecho cargo de Viñales, mientras Jorge se ha apoyado en Michele Pirro, probador de Ducati, para conocer lo antes posible todos los secretos de la moto italiana.
«Me dice dónde frenar, si voy muy cerrado en una curva y hasta me mantiene el box ordenado, que yo soy un desastre», confiesa Rabat de Julito, que no va a hacer más sustituciones de momento para centrarse a tope en su pupilo. Para todo lo que haga falta está el «coach», incluso para alejar del ruido a su piloto, algo muy necesario en las carreras de casa, como la de Jerez, llenas de invitados.
Pedrosa fue el más rápido ayer tanto sobre mojado por la mañana como en seco por la tarde. Últimamente es más fácil verle sonreír y transmite mucha positividad, algo que él mismo confirmaba después de la segunda sesión de entrenamientos: «Hay dos maneras de afrontar las situaciones y estoy en una dinámica de hacerlo todo con más ilusión y optimismo. Al final es un deporte y es el deporte que amo», decía este nuevo Dani. Es posible que el trabajo del «coach» Gibernau ya esté haciendo efecto.
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