Motociclismo

Francia

Márquez hace lo que quiere

Gana su quinta carrera consecutiva

El piloto español Marc Márquez (Repsol Honda)
El piloto español Marc Márquez (Repsol Honda)larazon

En la segunda posición cruzó la meta el italiano Valentino Rossi (Yamaha) y en la tercera el español Álvaro Bautista (Honda).

Marc firmó en Francia la exhibición de cada día, aunque la quinta victoria del curso incluyó una remontada exprés que sólo sirvió para hacer más evidente su apabullante dominio en MotoGP. Nada más apagarse el semáforo se fue un poco largo en una de las primeras curvas y de repente se encontró en mitad del pelotón y rodeado de motos, algo a lo que no está muy acostumbrado. Justo delante tenía a Pedrosa y Lorenzo, mientras Redding encabezaba la prueba, una especie de mundo al revés que el talento de Márquez puso del derecho en sólo doce vueltas. «Desde fuera puede parecer fácil, pero es muy difícil y hay que aprovechar este momento», decía el protagonista después de remontar nueve puestos casi sin pestañear. Crutchlow y Bautista fueron los primeros en ver pasar al líder, que pudo con Lorenzo y Smith en la séptima vuelta. Tres después, Bradl tampoco fue un obstáculo para él y Pol Espargaró se convirtió en su penúltimo adelantamiento de la mañana. Sólo habían pasado doce giros, ni la mitad de la carrera, y ya sólo tenía por delante a Rossi, que se había hecho ilusiones.

El italiano fue el único de los «magníficos» que arrancó en condiciones y durante unos minutos soñó con una victoria, pero la ley de Marc es implacable y no tardó en leer en su pizarra que el «bicho» venía por detrás a un ritmo incontenible. El encuentro entre ambos se esperaba de alto voltaje y con unas cuantas pasadas adecuadas para hacer un bonito póster. Éste era también el pensamiento de Marc, sorprendido al ver cómo un error de Valentino le dejaba toda la pista abierta para que se fuera con libertad hacia otra victoria. «Ha sido una lástima, porque he apretado un poco más de la cuenta el freno y he cometido un error en el momento justo. Después ya me ha sido imposible. Esperaba que él me esperara, pero no lo ha hecho», bromeaba «Il dottore», cada vez más acostumbrado a celebrar como un éxito quedar más o menos cerca de la nueva sensación.

Después, con todos a la espalda de Márquez, no hubo historia. Estrujó el acelerador de su Honda y las décimas de ventaja se acumulaban a su favor de la forma más natural. Un segundo y medio, dos, tres con seis... No había discusión, como no la ha habido desde que el 23 de marzo se levantó el telón en Qatar. Otra vez comodísima victoria, la quinta consecutiva, y otra vez cruzando la meta sin las manos en el manillar, celebrando sin agobios y lanzado hacia un título mundial cargado de récords (ver cifras).

Marc ya tiene casi dos carreras de ventaja respecto a Pedrosa y más de tres con Lorenzo, sus dos máximos rivales, que palidecen ante el brillo del recién llegado. Dani nunca encontró el ritmo ni la forma de escapar del tráfico al comienzo y firmó un quinto puesto que no está a la altura de su nivel. Peor le fueron las cosas a Jorge, perdido en un laberinto al que no ve la salida. El viernes dijo haberse sentido mejor que en ninguna jornada de entrenamientos previa, pero no encuentra por ningún lado ni los resultados ni las buenas sensaciones. «He tenido momentos peores, toca adaptarse y tratar de ser más rápido», explicaba el mallorquín, que vive en las antípodas del feliz Márquez.