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Hípica

Omar Zayrik, de jinete de Doma Clásica a Juez Internacional

El mexicano es un referente en su disciplina. "Me alegra mucho que hoy se premie más la buena equitación que lo meramente espectacular", asegura

Omar Zayrik Chacco Marketing

Omar Zayrik es Juez de Doma Clásica Internacional categoría 3*. Antes de dar puntuaciones fue jinete y eso le otorga un conocimiento profundo del mundo hípico. "Me alegra mucho que hoy se premie más la buena equitación que lo meramente espectacular", afirma. Zayrik (20-3-1971, México) estudió Ingeniería Industrial y una Maestría en Administración de Empresas y desde pequeño se sintió atraído por los caballos pese a que en su familia no había ningún vínculo alguno con ellos. "Empecé tarde en la Doma Clásica, pero tuve la gran suerte de encontrar a mi entrenadora, Bernadette Pujals, quien, además de ser una excelente amazona, hoy es una gran amiga. Mi carrera como jinete me llevó a representar a México en múltiples competiciones ganando medallas en Juegos Centroamericanos y Panamericanos. A lo largo de los años, me especialicé también en el entrenamiento de binomios y ahora soy juez FEI 3* y de caballos jóvenes", comenta.

"Fui jinete y miembro del equipo mexicano muchos años. Al dedicarme de lleno a la Doma Clásica, empecé a entrenar a alumnos y , sin planearlo, la vida me llevó al camino del juez. Fue mi amiga Maribel Alonso quien me invitó a convertirme en juez internacional. Nunca lo había considerado, pero cuando me certifiqué, tuve que decidir entre seguir compitiendo o juzgar, ya que no se permite hacer ambas cosas en el mismo continente. Por salud, por mi espalda y por pensar a futuro, decidí seguir como juez. En ocasiones también participo como entrenador, como es el caso de las Islas Caimán, dentro del programa Solidarity de la Federación Internacional", asegura.

"Disfruto muchísimo como juez. En mi vida hay tres cosas que me definen: el amor por los caballos, el gusto por las actividades que demandan inteligencia y el deseo de ayudar a los demás. Como juez encuentro una forma muy profunda de combinar esas tres pasiones. Mi meta es ser tan preciso que los jinetes puedan confiar en verse reflejados en mis notas", afirma Omar.

"La diferencia entre Europa y América es muy grande. Por eso, la mayor parte de mi formación la hice en Europa. Por ejemplo, en un concurso normal europeo puedes ver entre 20 y 45 binomios de Gran Premio, mientras que en Estados Unidos, que es el país más fuerte en América, lo máximo que he juzgado son 25. En muchos países americanos son entre 2 y 8. La base en Europa es mayor y la calidad muy superior. No es casualidad que en los Juegos Olímpicos los equipos finalistas sean mayormente europeos y que ningún país de América haya pasado como individual a la final. En México, por ejemplo, el objetivo debe ser llegar al podio en los Juegos Panamericanos y lograr una presencia constante en los Juegos Olímpicos. Hay talento, pasión y cada vez más estructura para lograrlo", dice.

"España con su gente, hablar el mismo idioma, la comida, la calidad, el ambiente... Nosotros como jueces viajamos mucho, y casi siempre usamos el inglés. Estar en España y poder romper esa barrera del lenguaje ya es un regalo. Además, España es un país maravilloso: combinala calidez latina con la eficiencia del primer mundo", apunta Omar. Y resalta la importancia que tiene el bienestar del caballo: "Debe ser siempre la prioridad, por encima de cualquier objetivo competitivo o comercial. Las reglas de la FEI lo establecen claramente: desde la alimentación y manejo, hasta el transporte, el entrenamiento y las condiciones en competición, todo debe estar diseñado para proteger la salud física y emocional del caballo. Hay una cultura de cero tolerancia ante cualquier abuso. Es un proceso que implica educación, vigilancia y evolución constante con un mensaje claro: el bienestar del caballo no se negocia".

Omar está organizando un concurso en México "que no sólo cumple con los más altos estándares internacionales, sino que ofrece el premio económico más alto del mundo: 350.000 euros. Esto lo convierte en un evento único por su nivel de exigencia, organización y apoyo real a los jinetes.Me encantaría contar con la participación de varios jinetes españoles que admiro profundamente como Borja Carrascosa, Beatriz Ferrer-Salat, a quien tengo el gusto de conocer desde hace muchos años, Severo Jurado, Alejandro Asencio, José Antonio García Mena o Claudio Castilla. Todos han demostrado un nivel altísimo y una elegancia innegable en la pista".