
Fórmula Uno
El ¿penúltimo? desprecio de Ferrari a Sainz
Arthur Leclerc, el hermano de Charles, pilotará en los Libres 1 de Abu Dabi con la escudería italiana jugándose el título de Constructores

En el año 2003, Fernando Alonso, antes de debutar con Renault en la F-1 afirmó en LA RAZÓN: «En la Fórmula Uno si quieres tener amigos, mejor cómprate un perro». La frase no era del piloto asturiano. Se la dijo el que fuera su descubridor, el fallecido Adrián Campos, pero el bicampeón del mundo se la aplicó al pie de la letra. Más de 20 años después, otro español, Carlos Sainz, está viviendo los sinsabores de la F-1, que es despiadada no sólo dentro de la pista, también fuera, en los despachos.
Este fin de semana, el madrileño afronta en Abu Dabi su última carrera con Ferrari, una circunstancia con la que ha tenido que bregar desde el pasado enero cuando, sorprendentemente y cuando su renovación estaba para firmar, Lewis Hamilton entró en escena y dejó a Sainz sin equipo hasta que fichó por Williams meses después. Hasta ahí todo estaría dentro de lo normal teniendo en cuenta como es este deporte, aunque el anuncio le llegara poco antes de empezar la temporada 2024. El responsable de esta circunstancia es el nuevo jefe de la "Scuderia", Fred Vasseur, un francés que lleva toda la vida dentro del mundillo, que ha bregado en múltiples competiciones y parece que empieza a poner algo de orden dentro de Maranello. Pero desde su llegada, el favoritismo con Leclerc ha sido escandaloso. De hecho, fue el entorno del piloto monegasco el que urdió el plan de acabar con Binotto, el que fuera anterior jefe de equipo que no le consentía determinadas acciones y creía mucho en el trabajo técnico y el rendimiento de Carlos Sainz.
El clan galo que domina ahora la escudería italiana está encabezado, sobre todo, por su representante Nicolas Todt, hijo del cada vez menos poderoso Jean Todt, ex presidente de la FIA y jefe de equipo en la época dorada de Ferrari y Schumacher, el propio Leclerc y Vasseur. De hecho, tanto Todt como Vasseur fueron socios en el equipo de GP2 y F2 ART. Tres décadas después han tomado el relevo en el particular ejercicio de influencia que protagonizaron el entonces presidente de la Federación Internacional, Jean Marie Balestre, y Alain Prost, que usó su mal entendido patriotismo francés para sacar beneficio deportivo con las famosas sanciones a Ayrton Senna.
En el caso de Sainz, el español ha debido aguantar varios tratos de favor con Leclerc: órdenes de equipo absurdas o intentos de hacer creer a Sainz que otras opciones eran mejores con el fin de beneficiar al monegasco. De ahí el famoso «stop inventing» que el piloto español sacó por radio y que puso en su sitio a más de uno en Ferrari.
El madrileño deja un equipo mejor que cuando llegó, pero este fin de semana un nuevo feo se producirá en la primera sesión libre de entrenamientos del Gran Premio de Abu Dabi. Sainz cederá su asiento a un joven piloto algo que ya tuvo que hacer Leclerc en otra carrera anterior con Oliver Bearman. Se trata de una norma de obligado cumplimiento, pero es que ha llegado en el fin de semana en que la «Scuderia» se está jugando conquistar el Mundial de Constructores, algo que no consiguen desde 2008. Y el sustituto de Saiz es Arthur Leclerc, hermano de Charles, que es piloto de desarrollo por la influencia que ejercen en Ferrari. Deportivamente, a sus 24 años, está fuera de la F-1 porque sus resultados dicen que es uno más de los cientos de pilotos que intentan llegar. No ha ganado nada importante y ahora le queda muy grande lo de representar a una escudería como Ferrari.
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