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Phelps tiene relevo

La Razón
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Phelps se marchó, pero la natación sigue su curso y busca a un sustituto para el mejor de la historia entre la vieja generación que resiste y los jóvenes que ya asomaron la cabeza en los pasados Juegos de Londres. Los Mundiales de Barcelona han sido la primera gran competición sin el tiburón de Baltimore y las mujeres han brillado por encima de los hombres. Se han rebajado seis plusmarcas universales y todas las han conseguido las chicas.

El título de reina de la piscina se lo han repartido entre dos norteamericanas: Missy Franklin y Katie Ledecky. La portentosa Franklin ha cautivado con su eterna sonrisa y sus seis medallas de oro, aunque falló en el hectómetro de crol y no ha logrado ningún récord del mundo. El agua es su elemento desde siempre, desde que de niña se bañaba en las playas de Pasadena, en California, y sus grandes pies talla 45 le ayudan a moverse muy rápido. Si Missy es la alegría del equipo norteamericano, Ledecky es la prudencia. Pálida, muy católica y pequeña, apenas celebra sus triunfos. Nadie puede imaginarse que detrás de esa niña de 16 años, de ese gesto casi angelical, hay una nadadora que despedaza a sus rivales. Ella no ha desperdiciado ninguna oportunidad y ha logrado un triplete (400, 800 y 1.500) que sólo había tenido un precedente (la alemana Stockbauer en 2003), además con dos registros mundiales en las pruebas largas que en los próximos años seguro volverá a rebajar. Con 15 años se exhibió en Londres y con 16 ha maravillado en el Mundial.

El heredero natural de Phelps parecía su amigo Ryan Lochte, que ya le había derrotado en varias pruebas en Mundiales y Juegos. Lochte es como Franklin, juguetón y dicharachero. Le encantan el surf y el skate y le gusta llamar la atención con sus zapatillas con la bandera norteamericana diseñadas por él mismo u otras en forma de oso que cuelga en su Twitter, en el que tiene más de un millón de seguidores. Ha demostrado que los veteranos todavía tienen voz en la piscina. Durante los campeonatos ha cumplido 29 años. Ha terminado con tres oros, que bien pudieron ser cuatro si ayer no hubieran descalificado a su equipo en el relevo de los estilos por una irregularidad del bracista Cordes. También ha tenido fracasos como quedarse fuera del podio en los 200 libre, distancia en la que defendía título.

Oficialmente, el mejor nadador de los campeonatos ha sido el chino Sun Yang, un más que digno sucesor de Grant Hackett para las pruebas de fondo. Se ha proclamado campeón en 400, 800 y 1.500 (el último que lo logró fue el australiano en 2005) y dejó un inolvidable relevo en el 4x200 que llevó a China del quinto puesto al bronce.

Además de ellos, el brasileño César Cielo volvió a llorar en lo alto de un podio al convertirse en único, con su tercer oro consecutivo en los 50 libre y el surafricano Le Clos, el hombre que pudo con Phelps en Londres en los 200 mariposa, confirmó que no fue casualidad: ha ganado el hectómetro y el doble hectómetro.