Tour de Francia

Ciclismo

¿Puede llegar Alaphilippe de amarillo hasta París?

Julian Alaphilippe, con el jersey amarillo en el podio del Tourmalet
Julian Alaphilippe, con el jersey amarillo en el podio del Tourmaletlarazon

Julian Alaphilippe es un clasicómano, un especialista en carreras de un día capaz de estirar sus cualidades hasta las pruebas de una semana. ¿O hay que decir "era"? El francés está desmontando todas las teorías sobre él en las primeras dos semanas de carrera. Ha ganado dos etapas, una de ellas contrarreloj y ha cargado con el maillot amarillo durante 11 días después de aguantarlo mucho más que dignamente en el Tourmalet.

Pero lo más sorprendente de todo es que ha sido capaz de aguantar la forma desde enero, cuando ganó dos etapas en el estreno de la temporada en el Tour de San Juan. Desde entonces ha ganado en todos los meses salvo en mayo: una etapa en el Tour de Colombia en febrero; la Strade Bianche, dos etapas y la clasificación de la montaña en la Tirreno-Adriático y la Milán-San Remo en marzo; una etapa de la Vuelta al País Vasco y la Flecha Valona en abril y una etapa y la montaña del Dauphiné en junio.

"Alaphilippe aguanta. Iba sufriendo, pero bien", asegura Valverde. "Voy a pelear cada día por mantener el maillot amarillo. Está claro que cuanto más nos acerquemos a París, más se planteará si puedo ganar el Tour. Pero por ahora estoy peleando conmigo mismo y con mis límites", dice el francés. En el Tourmalet, un terreno aparentemente desfavorable para él, aventajó en 42 segundos a su gran rival, Geraint Thomas, que ya está a 2:02 en la general. "Hoy era una jornada difícil. Yo tenía que vigilar a Thomas y a Steven Kruijswijk (tercero de la general), pero ver que había hombres importantes que se quedaban me ha motivado", asume. El francés, por el momento, está "disfrutando de cada día de amarillo".

Los rivales ya empiezan a tomarlo en serio como un gran rival para el triunfo. Quizá sea el hombre que los franceses llevan años esperando como heredero de Bernard Hinault, el último en ganarlo en 1985. 34 años, demasiados ya, puestos en falsas esperanzas. Desde los primeros, Mottet y Jean François Bernard, hasta los actuales Bardet y Pinot. Puede que Alaphilippe fuera el heredero escondido.