Fútbol
Real Madrid, desprotegido e indignado
El Madrid no entiende que no se revisase la jugada. Aunque Florentino habló con Rubiales, no va a haber queja formal.
El Madrid no entiende que no se revisase la jugada. Aunque Florentino habló con Rubiales, no va a haber queja formal.
En el Real Madrid seguían ayer dando vueltas a lo ocurrido contra la Real Sociedad y seguían sin comprender nada. Puede que Rulli roce levemente el balón, sin variar su trayectoria, pero es evidente que después su brazo interrumpe la carrera Vinicius. El brasileño seguía persiguiendo la pelota con el guardameta en el suelo. El árbitro, Munuera Montero, está muy cerca de la acción y enseguida estira el brazo hacia el balón, la señal habitual de los colegiados para que siga la jugada, para dejar claro que no ha sucedido nada que pueda ser sancionado. Vinicius protesta, se pone de rodillas y al final se levante y le dice a Rulli, el guardameta de la Real Sociedad: «Me has tocado, me has tocado». «Yo primero toco la pelota y obviamente después Vinicius va para un lado, yo para el otro y acabamos chocando. En el partido me pareció mucho más claro. Viendo la repetición, es una jugada difícil de analizar, pero estoy seguro que primero toco la pelota», decía ayer Rulli en Movistar. También Isco, que no está lejos del área, reacciona enseguida y alza los brazos y protesta, pero no hay contestación del colegiado. Ni siquiera el gesto de echarse una mano al oído para escuchar lo que le dicen desde la sala del VAR. Porque lo más probable es que no le digan nada.
En el Real Madrid no entienden por qué no hay instrucciones desde la cabina del VAR para que al menos el colegiado, en reposo y con el vídeo al lado de los banquillos vuelva a ver la jugada. Es una acción muy rápida, que a primera vista puede dar una impresión distinta. Y no se entiende por qué Melero López, el colegiado que se encuentra en la sala de vídeos, no le dice al árbitro sobre el césped que reconsidere su decisión o que eche un vistazo a la jugada para apreciarla mejor y que luego, ya, decida lo que quiera.
Piensan desde las oficinas del club blanco que en otras acciones en esta Liga, los árbitros no han tenido ningún problema en ir a ver la pantalla del VAR y después rectificar una decisión que habían tomado anteriormente. En un primer instante, a los miembros del Real Madrid, les viene a la cabeza el penalti de Varane a Luis Suárez en el Camp Nou cuando el defensa francés se cae o se resbala y en su caída, arrastra al delantero uruguayo del Barcelona. En esa ocasión, la primera decisión del colegiado es pitar que el balón ha salido fuera, pero antes de que se comience la siguiente jugada (y por tanto no se pueda rectificar) desde la sala de rearbitraje se le dice que tenga paciencia, que no ponga el balón en juego otra vez y que la vea de nuevo. Que no se hiciese en una jugada como la de Vinicius es algo que se escapa a la compresión de los integrantes de la entidad blanca.
La indignación es considerable. Desde la televisión del club blanco ayer se pudieron ver las imágenes de Munuera Montero celebrando desde la sala del VAR una decisión con la que habían corregido al árbitro para acertar, en un gol del Eibar contra el Madrid. Desde el Bernabéu consideran que el VAR había llegado al fútbol español para cambiar o para disminuir al máximo los errores arbitrales, pero ahora la jugada de Vinicius ha roto todas sus esperanzas. Hay una sensación de desprotección y de que se trata al Madrid con un doble rasero.
Tampoco se quieren buscar excusas a la clasificación del equipo en la tabla, pero sí que necesitan que alguien les explique por qué en algunas jugadas dudosas se pide al colegiado que se revise y en otras no. En el club son conscientes de que el papel del equipo en Liga está siendo mucho más irregular de lo deseable y se sabe desde hace tiempo que los futbolistas no están en su mejor tono físico, pero creen que son dos cosas distintas. Una cosa es el despliegue del equipo y lo que puede hacerse desde el club para mejorarlo y otra las decisiones de los árbitros, que también influyen en lo que ocurre en los partidos y contra los que el Madrid no sabe qué hacer.
El penalti a Vinicius tenía que haber sido el empate a uno del encuentro y eso hubiese cambiado casi todo. La Real se hubiera sentido menos segura y el Real Madrid seguramente hubiese peleado más por la victoria. Creen que esa jugada, sumada al empujón a Sergio Ramos en el área de la Real en la primera mitad marcaron el destino del encuentro y perjudicaron al equipo. Que es ya lo que le faltaba al Real Madrid.
El enfado del club es enorme y aunque Florentino sí que habló con Rubiales no va a llegar al punto de hacer una protesta formal a la Federación.