Así corre Salma Paralluelo, un fenómeno de 15 años entre el atletismo y el fútbol

De repente, la vida de una niña de 15 años se convierte en una vorágine. Bueno, en realidad, antes ya lo era un poco: los lunes, miércoles y viernes, a jugar al fútbol; los martes y los jueves, a entrenar en atletismo. Pero si, además, demuestra que es una fuera de serie en ambas disciplinas, pues llega la locura. Los medios de comunicación la han ido a buscar al instituto, donde cursa 4º de la ESO, y también a su casa. Se ha tenido que buscar una agencia de comunicación para que le lleve las entrevistas. Y todo porque después de haberse proclamado campeona del mundo con la selección sub'17 de fútbol (juega en el Zaragoza CFF), hoy Salma Paralluelo se convertirá en la segunda atleta más joven de la historia en competir en unos Europeos en pista cubierta. Lo hará en los 400 metros (13:30, Tdp), después de haber quedado tercera en el Campeonato de España, rebajando un segundo y medio su marca (de 55.35 a 53.83), y logrando la mínima para clasificarse. «Ella como persona es encantadora; lista, pero muy inocente. Y esa inocencia de los 15 años hace que no le afecte todo lo que le rodea; es lo que le protege», asegura Félix Laguna, su entrenador en el Scorpio 71, su club de atletismo. «En realidad es como si tu hija te dice: hoy es lunes, llévame a la actividad de fútbol; hoy es martes, llévame a la de atletismo... Ella lo vive así, aunque luego juegue o compita con jugadoras de 26 o 30 años», añade Laguna.

Llegado un momento, Salma tendrá que tomar la gran decisión: fútbol o atletismo, zapatillas de clavos o botas de tacos. «El fútbol tiene un poder mediático mayor; el atletismo es más tardío, pero la primera vez que se ha estrenado siendo absoluta, pese a tener 15 años, mira lo que ha hecho. Yo le he dicho: “No tienes la madurez suficiente para tomar una decisión tan importante y tal y como te está saliendo, ¿por qué cambiar?”. A ella le encanta correr, dice que se siente libre y feliz. El fútbol también le gusta», explica su preparador. Los dos deportes son algo incompatibles. «Salma tiene la cadera alta, con pintas de atleta, y en el mundo del fútbol la cadera está baja, y ella sin querer flexiona las rodillas y baja la cadera. Eso está bien para el fútbol, pero claro, ese vicio que coge se lo tengo que quitar yo cada día que viene. Intento saber lo que hace en fútbol para saber lo que tengo que hacer en atletismo para complementar. Yo digo que soy un afortunado por cruzarme con ella, pero hay trabajo también: colocarla, situarla, cosas de técnica de carrera, talón-punta, punta- talón...», cuenta su entrenador. Pero añade: «Algo no, ¡hay mucho de genética!, pero sólo con eso no alcanza».

La precocidad y el talento de Paralluelo se ven en cómo ha logrado sus marcas, a la altura de las mejores del mundo en su categoría. «Yo he entrenado a atletas casi internacionales en 400, pero a ella no la entreno para esa distancia. Pesas, apenas hemos hecho, y con una pica de palo de madera y una barra de seis kilitos. Si es que no tengo tiempo, y además ella no está desarrollada», desvela Félix. El atletismo fue el primer deporte de Salma. Ganó varias veces la Jean Bouin en Barcelona. Siendo cadete de primer año, venció hasta a las juveniles. Después llegó el fútbol, porque jugaba su hermano, y también destacó. El dilema queda pendiente. Ahora toca disfrutar en el Europeo de Glasgow. «Yo voy a dejármelo todo, pero sin ninguna presión», confesó la atleta a Efe.