Suiza
«Schumi», un testamento de 2010
El diario británico «Daily Mail» rescató ayer de su archivo una entrevista a Michael Schumacher hace tres años en la que reconocía haber firmado un escrito con su legado: «Sí, ya hice mi testamento. Soy un padre de familia, pero eso no tiene que ver tanto con la Fórmula-1, sino con los accidentes que pueden ocurrir en el día a día». Estas afirmaciones las realizó poco después de conocerse que regresaría a la categoría reina del automovilismo con Mercedes después de pasar tres años completamente retirado de la alta competición.
La fortuna que posee Michael Schumacher es una de las mayores acumuladas jamás por un deportista de élite. No sólo fue en su momento el piloto con la mayor nómina del planeta; también fue uno de los que mejor supo gestionarla. Durante al menos seis temporadas cobró cerca de 40 millones de euros de Ferrari y hoy dispone de un patrimonio que supera los 800 millones.
Todo empezó cuando conoció a finales de los años 80 a Willi Weber, un antiguo vendedor de uniformes militares, director de hotel y posteriormente copropietario de un equipo de Fórmula 3. Fichó a «Schumi» cuando era muy joven y enseguida vio en él todo un filón. Se convirtió en su representante y ambos mantuvieron su relación contractual hasta 2007. Le llevó a la F-1 y poco después desarrolló toda una estrategia de marketing en torno al piloto alemán. Su fichaje por Ferrari le llevó a ser el piloto mejor pagado en la historia de la marca. Ni siquiera Alonso cobra ahora esa cantidad. Además, sus éxitos en la pista a los mandos de un monoplaza rojo fueron responsables directos de unos espectaculares resultados comerciales de la marca del «Cavallino Rampante» en cuanto a la venta de sus coches deportivos.
Schumacher adquirió propiedades –Alemania, Suiza, Noruega y Mallorca–y numerosas empresas, como la dedicada a la equitación que dirige su mujer Corinna. Al margen de las numerosas propiedades, «Schumi» también posee un avión privado (un Falcon 2000 EX) valorado en casi 30 millones de euros.
Weber, en la sombra, manejó e invirtió todos los beneficios y, además, él mismo expandió su negocio de representación a otros sectores, ya que fue durante varios años mánager de modelos como Naomi Campbell y Claudia Schiffer. Su éxito fue incuestionable y por algo se ganó en la Fórmula Uno el sobrenombre de «Mister 20 por ciento».
La redacción exacta del testamento no ha trascendido, pero medios alemanes apuntan a una repartición igualitaria entre su mujer y sus dos hijos. Schumacher sigue estable, pero en estado crítico y todavía se teme por su vida. De momento, los médicos de Grenoble no tienen previsto ofrecer ninguna otra información hasta que no se produzca una evolución significativa en el estado del piloto.
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