Opinión
Carlos Alcaraz o cómo convertir la presión en un desafío
“Las palabras presión, ansiedad, estrés asustan, pero son la esencia del deporte, algo connatural...”
Presión, ansiedad, estrés... Palabras que asustan, pero que son la esencia del deporte, algo connatural, como la mancha de carbón al minero, como decía Guillermo Pérez, psicólogo del deporte y exdirector del CAR de San Cugat. En estos tiempos de positivismo mal entendido, de buenismo que causa el efecto contrario al deseado, escuchar alguno de estos términos en boca de un deportista joven como es Carlos Alcaraz, un talento hecho realidad tras largos años de buen trabajo, puede hacer pensar que algo indeseado va a pasar, pero hay que examinar su tuit: “Fue la primera vez que no pude manejar la presión... tengo que estar preparado para tener esta clase de momentos y aprender a manejarla”. Ahí estriba la solución, el secreto para el futuro que le espera.
Ser el número 4 del mundo le convierte en el hombre a batir, ganarle es objeto de deseo para todos sus adversarios y eso conlleva un desafío para el propio Alcaraz, que seguro seguirá creciendo. Es muy joven y el camino es largo, pero sus palabras ponen de manifiesto la importancia del factor psicológico en un deporte tan complejo como el tenis, un deporte del grupo al que me gusta llamar de 1 o 0, de esos en los que el marcador, el resultado, se mueve constante y rápidamente, no hay tiempos de espera, todo ocurre a un ritmo vertiginoso, se puede estar ganando un fácil 4-0 y tras un error no deseado, la segura estructura sobre la que se jugaba se desmorona como un castillo de naipes, los pensamientos catastrofistas, las dudas, la incertidumbre aparecen como un torrente de agua que corre por las estrechas calles tras una tormenta inesperada y se acorta el brazo, la mano se vuelve inexperta, se pierde la conexión entre el cerebro que piensa y decide y el músculo que ejecuta.
El Open de EE UU es uno de los torneos con los que sueñan los tenistas, una presión extra por el país en el que se juega, la importancia del mismo... Estos factores externos no se pueden cambiar, lo que se impone trabajar es el afrontamiento al mismo, y en ello Carlos es un privilegiado, no sólo por el equipo de trabajo que le asiste y le cuida, sino porque hasta donde conozco, ha hecho una gran elección: en ese equipo hay una psicóloga que a buen seguro trabaja con Carlos en el control y la gestión emocional dentro y fuera de la pista, porque el público, los medios, son también elementos de peso en este difícil crucigrama que es el tenis.
Parte fundamental del manejo es no tener más prisa de la necesaria, ni fuera ni dentro de la pista, todo lleva su tiempo, incluso en el deporte. Convertir la presión en un desafío es una buena forma de trabajar en la dirección adecuada y que le ayudará a aumentar su capacidad de control. No le falta compromiso, pues lleva desde los seis años entre cordajes y bolas. Compromiso, control y desafío, los tres componentes de la Personalidad Resistente, un constructo psicológico, un patrón de conducta que ayuda en las situaciones de estrés y comporta actitudes, toma de decisiones que permiten sacar petróleo de las situaciones negativas y difíciles. Ayuda a ser mejor, más competente en términos de eficacia y Alcaraz lleva una historia que le permitirá seguir creciendo, pero sin olvidar que no ganar, perder, es parte del juego y hay que convivir con ello. Perder debe ser como la bola que se fue, que pasó y que no volverá, no hay tiempo para pensar, hay que seguir adelante, ir a por la siguiente bola que no tardará en llegar.
Esperemos y deseemos, sin prisas, pero sin pausa, que esta nueva oportunidad americana suponga una nueva oportunidad para seguir creciendo.
*Jose Carlos Jaenes es Psicólogo del Deporte. Universidad Pablo de Olavide (Sevilla)
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