Tenis
Alcaraz, sus otras remontadas y su evolución en hierba, donde busca su tercer Wimbledon
Alejandro Turriziani, un rival; Kiko Navarro, su exentrenador; y Berasategui y Carretero, extenistas, rememoran partidos en los que Carlos remontó de niño y cómo fue su primera actuación en hierba, superficie que ha dominado en tiempo récord
Carlos Alcaraz pisó el miércoles por primera vez las instalaciones del All England Club e incluso pudo prepararse un poco en la central (sólo se permite de miércoles a viernes, para que mañana en el estreno la hierba esté impecable) con un rival de lujo como Djokovic.
Después de ganar Queen’s, se tomó un par de días de descanso antes de afrontar el gran desafío de buscar su tercera victoria consecutiva en La Catedral, y repetir el doblete Roland Garros-Wimbledon, que ya logró en 2024. Bjorn Borg lo hizo en tres ocasiones, además consecutivas (1978, 1979 y 1980), Nadal en dos (2008 y 2010) y Roger Federer en una (2009). En Queen’s, el número dos del mundo continuó con la sensación de estar en un momento muy dulce y estable. Sin perder la brillantez, parece que afronta los partidos de forma más madura y constante. La victoria más complicada en esa toma de contacto con la hierba fue ante Munar, cuando llegó a ir break abajo en el tercer set. Pero la victoria de la que todavía se habla es la de la final de Roland Garros contra Jannik Sinner, en la que se recuperó de dos sets en contra y sobrevivió a tres pelotas de partido en el cuarto parcial. Un duelo para la historia, una remontada de las que no se ven a menudo.
¿Había hecho Carlos alguna vez algo así, aunque fuera de niño?
En un principio, a Kiko Navarro, que lo entrenó entre los 9 y los 17 años, no le viene ninguna a la cabeza, pero al día siguiente recuerda una: «En el Mutua Madrid Open sub 12 [en 2015]», dice. «Estábamos jugando la final contra Alejandro Turriziani, un chaval de Málaga, de su quinta, también muy bueno, y perdía Carlitos 7-6, 4-1», añade Kiko. Era un 9 de mayo de 2015. «En la Manolo Santana, terminó la semifinal de Nadal con Berdych y se vino toda la gente para la pista nuestra [otro de los estadios]. Carlitos se enchufó y ganó. Fue llenarse la pista de gente, se vino arriba y de 7-6, 4-1, terminó 7-6 (7/1), 5-7 y 6-1», sigue recordando.
«Me acuerdo de que en un cambio de lado, empieza a entrar un montón de gente, yo tenía 12 años y los miro, estaba un poco acojonado, sabes, un poquito con miedo, sí, me acuerdo que empezó a entrar gente y se llenó la pista. De ese partido, aunque lo perdiera, tengo un buen recuerdo», rememora el propio Turriziani. «La gente vino ahí a ver a los enanos pegarse a palos», afirma, y se ríe, un tenista que sigue peleando por intentar meter la cabeza en el tenis profesional, ahora en torneos Futures y con la esperanza de ir a más. «Yo miro mi camino, a mí no me gusta compararme. Sólo lo hago positivamente: si he estado ahí de pequeño compitiendo con ellos, que además tengo muchos buenos recuerdos, puedo volver a hacerlo; sigo mi camino y estoy con ganas. Estaba estudiando Administración de Empresas online, pero me quitaba tiempo y he decidido apostar a “full” por el tenis 2-3 añitos a ver cómo va. Siempre puedo volver a los estudios», explica el malagueño.
Aquella final del Mundial sub 10
Turriziani hace memoria y le salen «5 o 6 veces» que se enfrentó con Alcaraz. «Le gané una final del Rafa Nadal Tour, otra final de un Tenis Europe sub 12 y él me ganó en la final del Masters del Circuito Rafa Nadal, 6-4, 7-6 o algo así, un partido muy duro; en el Mutua sub 12 y otra en el sub 14 del Godó», cuenta. El gran triunfo que logró él ante el ahora número dos del mundo fue en la Mrikva Bowl, considerado el Mundial sub 10, en Croacia, en 2013, en el que fue el primer torneo internacional de Alcaraz. «Gané el primer set 4-2, el segundo lo gana él [1-4] y después me llevo el supertiebreak [10/3]. Alguna vez lo he visto repetido en Youtube, un poco para revivirlo. Un partido superapretado, los dos jugando muy bien, éramos tan pequeñitos... Y estábamos luchando los dos como animales, me acuerdo de puntos muy buenos, la gente aplaudía y se volvió loca, porque ambos hicimos un par de Willys. Tengo mucho cariño a ese torneo, creo que fue uno de los mejores días de mi vida», asegura Turriziani, y destaca que Carlos ya era «de los mejores» desde crío. «La derecha siempre ha sido su arma en todas las edades. La derecha y la dejada que tenía de derecha, era imparable. Destrozaba a todos los rivales. Él tenía 12 años y ganaba a gente de 13 o 14, y a esa edad se nota mucho, la fuerza y todo. Con la derecha que tenía para esa edad, era una locura. Y las dejadas, siempre ha tenido mucha mano, y siempre ha sido muy completo, muy rápido, buen revés, buen saque, muy buena volea», lo describe.
También de esta conversación sale otra remontada que hizo el murciano de niño, en la semifinal de esa misma cita: «Fueron al supertiebreak y Alcaraz perdía 1-9 y ganó 13-11, me acuerdo perfectamente», describe Turriziani. Fue un torneo en el que también participó, por ejemplo, Holger Rune. El rival de Alcaraz en esa semifinal fue Hamad Medjedovic, ganador de la Next Gen ATP Finals (el Masters para menores de 20 años) en 2023, dos años después de que lo hiciera el español. El tenista serbio ahora entrena en la misma academia que Turriziani, la Higuerón Tennis Center, en Málaga, donde se ha instalado a las órdenes de Jorge Aguirre. También allí está cerca de Novak Djokovic, que le ha dado consejos desde que era adolescente. Va escalando, ya por debajo del 70 del mundo.
"Aquel partido en hierba no lo jugó muy bien, pero tenía aura: la pista llena, los comentarios de la gente, la expectación..."
Volviendo al partido del Mutua sub 12. «Berasategui se sentó a nuestro lado y alucinó», dice Kiko Navarro. En esa época, Alberto Berasategui, el finalista de Roland Garros 1994, era el encargado de las relaciones con los jugadores de la ATP y WTA en el Masters español. No le viene a la memoria ese encuentro, pero sí otro que vio del Carlos chaval. «Del que me acuerdo es uno que vi en Wimbledon junto con Roberto Carretero. Cuando jugó el junior [2017]. Me quedé impresionado con la aureola que transmitía, aunque perdió con Martin Damm. Para ser un partido junior la pista estaba a reventar», describe Berasategui. Alcaraz cayó por 6-1 y 6-4. Eran cuartos de final, por tanto había ganado tres partidos. Nunca había jugado en hierba. «Recuerdo aquel partido», revela Roberto Carretero. «Lo vimos juntos [con Berasategui] porque él estaba trabajando con nosotros en la tele. Sorprendió el aura que tenía el chaval. Es verdad que ese partido en hierba no lo jugó muy bien, sinceramente, pero es lógico y habla muy bien de la evolución que ha tenido. Lógicamente, es la superficie más complicada para un terrícola, para un jugador español, por las características que tenemos y que tiene él, aunque está Feliciano Lóez, que también es español y que sí tiene sus mejores resultados en hierba. Pero llamó la atención eso: el aura que tenía el chaval, cómo llenaba la pista, los comentarios, la expectativa que creó siendo tan joven por primera vez en Wimbledon. Es verdad que le vi un poco verde en esa superficie, y un poco nervioso, pero la evolución es clave en esos chavales, lo mismo que pasa con Sinner», prosigue el campeón de Hamburgo, por aquel entonces el equivalente a un Masters 1.000, que ahora es comentarista en Movistar.
Sin perder en Wimbledon desde el 2 de julio de 2022
Después de esa participación en júnior, Carlos ya jugó con los «mayores» en 2021, cuando empezaba a despuntar en la élite y su nombre estaba a punto de conocerse en todo el mundo, y fue eliminado por Medvedev en segunda ronda. En 2022, el año de su explosión, ya como campeón de dos Masters 1.000 (Miami y Madrid, donde venció de forma consecutiva a Nadal y Djokovic), cayó ante Sinner en octavos de final. El español y el italiano eran muy buenos en ese momento, pero todavía les faltaba un poco de experiencia y empaque para ser lo que son ahora. Era el 3 de julio de 2022. Carlos no ha vuelto a perder en la hierba del All England Club.