Torneos
Maestro, leyenda, perfecto...
Djokovic gana a Federer (6-3 y 6-4) y suma su quinto Masters, como Sampras y Lendl
El final perfecto para el año perfecto de Novak Djokovic. El número uno se tomará unas merecidas vacaciones después de ejercer de tirano en el circuito durante todo 2015, un año que concluye con la conquista de su quinta Copa de Maestros, la cuarta consecutiva. Con ello, alcanza a Pete Sampras e Ivan Lendl en el palmarés histórico del torneo de los elegidos y sólo tiene por delante justo al rival al que superó ayer, Roger Federer, que atesora seis coronas.
A este Djokovic no hay manera de dañarlo. Dice Nadal que sabe cómo ganarle, pero que no sabe si va a ser capaz de ejecutar ese plan que tiene en su cabeza. Varias alternativas tuvo ayer Federer, porque es el jugador con más talento del circuito, pero ninguna de ellas doblegó al número uno. Apenas logró inquietarle más de unos segundos. En su evolución como tenista, Djokovic ha conseguido ser capaz de dominar todas las facetas. Empezó el suizo tratando de jugar más desde el fondo, pero en los peloteos se imponía «Nole» con esa facilidad que tiene para fallar poco y mandar bolas profundas. El serbio juega y no deja jugar. Una y otra vez, sus pelotas botaban a un palmo de la línea, lo que mantenía al helvético metido atrás, donde más incómodo se siente, sin poder pisar la zona de ataque. Desaprovechó Djokovic la primera pelota de ruptura, en el primer juego, y lo mismo le pasó a su oponente en su primer juego al resto. Pero el «break» del número uno no tardó en llegar y el primer set ya estaba encarrilado.
Cambió de táctica entonces Roger, lanzándose a la red a la mínima oportunidad, sobre todo con el saque, porque al resto no se lo permitía. Uno de los golpes que más ha mejorado Djokovic es el servicio. No es el más rápido del mundo, pero es variado y colocado, y ayer lo puso en pista muchas veces. Forzó Federer para atacarle desde el primer golpe y por eso cometió algún error de más. La agresividad tiene ese riesgo. Sobrevivió el suizo porque se esmeró más con el saque en el segundo parcial. Para vencer a Djokovic tiene que funcionarle muy bien el saque, y ayer no lo hizo especialmente. En el octavo juego ya se vio obligado a remontar un 0-40 de milagro. Del siguiente 15-40 no pudo escapar, y con una doble falta claudicó definitivamente.
Djokovic se lo tomó con relativa calma. Es el undécimo título que logra esta temporada, que cierra con sólo seis derrotas. Federer había podido con él hace unos días en este mismo torneo en el «Round Robin», pero cuando el partido fue definitivo nada pudo hacer, lo mismo que en los otros dos duelos importantes que han disputado este año, las finales de Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos. El duelo de ayer dejó un puñado de puntos espectaculares, pero «Nole» pareció tenerlo todo bajo control. Su dominio crece y él considera que todavía puede ser mejor. ¿Será capaz alguien de hacerle frente en 2016?
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