Roland Garros
El año de Carreño
En 2017, el rival de Nadal en cuartos ha vivido la gloria de la Davis, sus primeras semifinales de un Masters y el primer triunfo ante un «top 10»
En 2017, el rival de Nadal en cuartos ha vivido la gloria de la Davis, sus primeras semifinales de un Masters y el primer triunfo ante un «top 10».
El pasado domingo, el mejor partido de su carrera: Pablo Carreño (25 años) ganó a Milos Raonic en los octavos de final de Roland Garros tras cinco sets (8-6 en el quinto) y cuatro horas y 17 minutos. Al terminar el encuentro lloró de emoción. Hoy, el mayor reto: se enfrenta a Rafa Nadal en los cuartos (alrededor de las 16:00, en Eurosport) del torneo en el que el zurdo de Manacor es el rey, donde este año se está paseando de nuevo (únicamente ha cedido 20 juegos en tres partidos) y donde busca su décima corona. «Si pensara que no tengo ninguna opción no iría. Él es el mejor de la historia sobre tierra, pero estoy jugando bien, tengo confianza», dice el gijonés. Los precedentes hablan de tres enfrentamientos de Carreño contra Nadal, dos de ellos sobre tierra, todos perdidos, nada que no le haya sucedido a la mayoría de rivales. Nadal sólo ha sido superado en 35 partidos sobre su superficie favorita, por más de 400 victorias. De esas derrotas, únicamente siete han sido ante españoles, y algunas con matices: Corretja y quien es ahora el entrenador de Rafa, Carlos Moyá, lo superaron en 2003 y David Ferrer, por primera vez, en 2004. Nadal todavía era apenas un niño que estaba a punto de explotar. Después de haber ganado su primer «Grand Slam» los únicos compatriotas que le han vencido en tierra batida han sido Ferrero (2008), Verdasco (2012, sobre la pista azul de Madrid), Ferrer y Almagro (ambos en 2014). «Para ser honesto, no creo que Carreño pueda hacerle daño a Nadal, aunque creo que va a luchar duro. Ha tenido una buena temporada de tierra y hablaremos de él durante los próximos años», opina el mítico Matts Wilander, comentarista de Eurosport.
Carreño es ahora el número 21 del mundo y llegó a ser el 18 a principios de mayo. Pase lo que pase en Roland Garros, con los puntos que logre en París, el lunes próximo amanecerá con el mejor ránking de su vida. En 2013 recibió el premio a jugador con mejor progresión (pasó de la posición 654 a la 66) y 2017 ha sido un cursillo acelerado de experiencia para él: supo lo que es perder un partido de la Copa Davis contra un rival inferior, y después ganó el punto definitivo de la eliminatoria ante Croacia. Disputó sus primeras semifinales de un Masters 1.000 el pasado mes de marzo en Indian Wells y ahora está ante su estreno en los cuartos de un «Grand Slam». La victoria ante Raonic fue la primera de su carrera ante un «top 10» (llevaba 16 derrotas en 16 intentos), pero en París también ha dejado fuera al talentoso y peligroso Dimitrov. Su crecimiento es evidente.
El duelo fratricida asegura la presencia de un español en las semifinales. El rival allí saldrá del, a priori, partido más interesante en lo que llevamos de torneo: el joven Dominic Thiem, el único que ha ganado a Nadal en tierra este año, contra Djokovic, el defensor del título y que fue verdugo del austriaco hace sólo dos semanas en Roma.
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