Nadal expone su número uno del mundo mucho antes de lo que imaginaba. Las derrotas en los cuartos de final de Montecarlo, ante David Ferrer, y del Godó, ante Nicolás Almagro, han provocado que Rafa tenga que defender el número uno en el Mutua Madrid Open que arranca hoy con el cuadro femenino. Las cuentas son muy claras: si Novak Djokovic gana el torneo y el español no alcanza los cuartos de final, cederá el liderato de la ATP que conquistó el seis de octubre del año pasado.

Nadal ya ha tenido varias sesiones de entrenamiento en la Caja Mágica y sus sensaciones son mejores de las que vivió en Montecarlo y Barcelona. Las molestias físicas que condicionaban su servicio y las secuelas mentales de la derrota ante Wawrinka en Australia parecen superadas. Rafa defiende la próxima semana los 1.000 puntos que supuso el título de la pasada edición. Djokovic apenas tiene que preocuparse de 10, ya que cayó en segunda ronda ante Dimitrov. La distancia en el ránking es de 1.860 puntos, cuando la temporada empezó con algo más de 4.000.

El sorteo que se celebró ayer en la Caja Mágica dejó un cuadro no muy amable para Rafa. Debutará ante el ganador del Melzer-Mónaco y después del austriaco o el argentino llegan unos cruces en los que están incluidos Berdych, Federer o Murray. En la otra parte del cuadro, Djokovic podría medirse con Ferrer o Nishikori antes de una hipotética semifinal con Wawrinka, la sensación de la temporada. El serbio llega a Madrid con dos títulos después de un primer tramo de ejercicio atípico. Ganó en Indian Wells y Miami –las dos citas en pista rápida de la minitemporada estadounidense– y, después de caer en las semifinales de Montecarlo ante Federer, hizo un parón para recuperarse de una lesión de muñeca y anunciar su futura paternidad. Reaparece en Madrid y lo hace porque su gran obsesión este año es conquistar su primer Roland Garros. Madrid y Roma serán los dos escenarios en los que ensayará el asalto a París.

Nadal, antes del «Charity Day» organizado por su fundación y por la de Iker Casillas, confesó que el torneo en Madrid significa un momento muy especial de la temporada para él. Rafa ya ha ganado tres veces en la capital y la primera de ellas, en el mes de octubre de 2005, fue, con diferencia, la más especial de todas. Aquella final fue bajo techo, en pista rápida y enfrente estaba el croata Ivan Ljubicic. «Tengo muchos recuerdos de todos los torneos que he jugado en Madrid, pero la final del 2005 sin duda es el momento más especial. Conseguir remontar dos sets en contra en pista cubierta y en casa fue muy emocionante. El público fue decisivo y siempre se lo he agradecido mucho», asegura.

Rafa, que se mostró encantado con la respuesta de los aficionados en el acto benéfico que abrió oficiosamente el torneo, confía en volver a sentir el apoyo como sucedió en la final de la pasada edición, cuando se impuso a Wawrinka. El debut del número uno del mundo en el torneo está previsto en un principio para el próximo martes.