Barcelona

Mucho más que un set

El Nadal de toda la vida regresa a las semifinales del Conde de Godó tres años después. Fognini, una de sus pesadillas de 2015, se rindió después de una intensa segunda manga

El tenista español Rafael Nadal
El tenista español Rafael Nadallarazon

El Nadal de toda la vida regresa a las semifinales del Conde de Godó tres años después. Fognini, una de sus pesadillas de 2015, se rindió después de una intensa segunda manga

La victoria ante Fognini con la que Nadal ha regresado tres años después a las semifinales del Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó confirma que lo de Montecarlo fue mucho más que una simple semana de inspiración. Rafa se topaba en cuartos con una de sus pesadillas de la pasada temporada. Tres veces se vio con el italiano, una de ellas en los octavos del Godó, y tres derrotas sufrió. Ayer se impuso por 6-2 y 7-6 (7/1) en una hora y 48 minutos después de un segundo set de una exigencia extrema.

En su casa, Nadal fue el de siempre, el de toda la vida. El jugador que se agarra a la pista, que resuelve situaciones extremas, el que gana puntos imposibles, el mejor defensor del circuito y al que cuando más se complica la situación mejor le funciona la raqueta. «Es la mente lo que te permite hacer algo más, ya sea con la derecha o de revés, no cometiendo errores, ni regalando puntos y lo estoy consiguiendo. Ojalá pueda seguir así, porque es una de las bases de mi juego de toda la vida», reflexionó después de liquidar al italiano y citarse con Kohlschreiber, un especialista en tierra batida, en la segunda semifinal. La primera medirá a Nishikori, segundo cabeza de serie y campeón las dos últimas ediciones, con el sorprendente francés Benoit Paire. La final entre el nipón y Rafa, otra cita del máximo nivel antes de afrontar la próxima semana el Mutua Madrid Open, está cerca.

El examen ante Fognini se condensó en el segundo parcial. Nadal había arrollado en el primer set. Dominaba por 2-0 y 40-15 en el segundo. El italiano, que estaba en Barcelona después de superar una molesta lesión abdominal, había vendido sus opciones de victoria como un «milagro», pero... Empezó a repartir palos, le funcionaron las dejadas y a Rafa no le quedó otra que defenderse. Fognini se situó 4-2 e incluso dispuso de un servicio para apuntarse el set. Ahí reapareció el Nadal por todos conocido, nada que ver con el de 2015. La fortaleza mental perdida la temporada pasada le permitió mantenerse en pie. «Las sensaciones no eran comparables a las del año pasado. Si hubiera pasado lo del año pasado, me hubiera entrado la ansiedad», confesó antes de sumar su octava victoria consecutiva en menos de dos semanas. Forzó el «tie-break» y ahí mantuvo la frialdad para esperar los errores de Fognini. Llegaron en cascada y tres años después peleará por alcanzar la final del Godó.