Eurobasket
Todos se apuntan a Río
Ricky, Calderón, Navarro, Abrines y Marc ya han dado el sí para los Juegos. Mirotic está muy por delante de Ibaka.
En la comida de despedida de los internacionales había una fecha marcada en las agendas de sus teléfonos: el 21 de agosto de 2016. Es el día en que se disputa la final olímpica en Río, el último desafío para la generación de oro que vuelve a soñar a lo grande. Si en Pekín la Roja disfrutó de la plata ante Estados Unidos, cuatro años después, en el O2 de Londres, el grupo está convencido de que se perdió un oro. Pau, Reyes y Navarro quieren regalarse una última oportunidad. No son los únicos. Todos los que se han perdido el pasado Eurobasket ya han dado el sí a la Federación para que cuente con ellos para los Juegos. Ricky, Navarro, Marc, Abrines e incluso Ibaka han mostrado su disposición para volver a vestir la Roja en Río. Para la FEB es la enésima prueba del compromiso de los jugadores; para Scariolo, la ocasión de contar con un equipo con tanto talento como el que se estrelló en la pasada Copa del Mundo debido a las «distracciones», como ha reconocido Pau Gasol en Lille.
El sí de todas las estrellas obligará a la Federación y al seleccionador a dejar fuera de los doce elegidos a alguna de las vacas sagradas del equipo. El Eurobasket ha supuesto la inclusión en la dinámica de la Selección de tres jugadores que van a formar parte del futuro inmediato y a medio plazo. Son Mirotic, Ribas y Claver. El ala-pívot de origen montenegrino no ha podido entrar mejor en el grupo. Su carácter, su padrino –Pau Gasol– y su importancia en la pista le han permitido «adelantar» a Ibaka para ocupar la única plaza de nacionalizado que permite la FIBA. El hispano-congoleño no congenió bien con Scariolo en la etapa anterior y estuvo muy cerca de hacer pública su renuncia a la Selección después de los Juegos de Londres, pero se le frenó desde dentro de la FEB. En la pasada Copa del Mundo tampoco se selló la paz. Mirotic está mucho más cerca de Río que él. A Claver el campeonato le ha servido para asentarse en un bloque que le llevaba esperando seis años. Y Ribas ha sido básico para tapar, en la medida de lo posible, la ausencia de Navarro. La víctima de su asentamiento y la presencia indiscutible de Ricky, el «Chacho» y Llull obligarían a sacrificar a Calderón. Sólo un año excepcional del base en los Knicks le podría volver a meter en la dinámica del equipo. Mientras, el presidente de la FEB, José Luis Sáez, tan ambicioso como el que más, se muestra comedido: «Ahora se trata de disfrutar de este éxito y ya habrá tiempo de pensar en los Juegos. No podemos centrarnos en si vamos a jugar la final de los Juegos con Estados Unidos o no porque luego pasan cosas como las del año pasado».
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