La final
Clemente: «No le pegué. Le dije: "Dios, me encantaría romperte el micrófono en la cabeza"»
Javier Clemente recuerda el enfrentamiento de España contra los ingleses en los cuartos de final de la Eurocopa 96
«Cuando pasa el tiempo no creas que me acuerdo tanto de los partidos, pero sí me acuerdo de que fue muy buen partido nuestro en Wembley, que fuimos superiores prácticamente todo el tiempo, que el francés nos anuló un gol clarísimo a Julio Salinas y después pitó un fuera de juego increíble a Manjarín», dice Javier Clemente. El francés era Marc Batta, el árbitro de aquel partido, y Clemente era el seleccionador la última vez que España e Inglaterra se enfrentaron en la fase final de un gran torneo.
Eran los cuartos de final de la Eurocopa del 96 y los ingleses, que jugaban en casa, eliminaron a España en los penaltis. Hierro mandó el suyo al larguero y Seaman detuvo el que lanzó Nadal. «Conseguimos hacer gol, pero nos lo anularon. Y en la prórroga seguimos dominando, pero fue muy equilibrada y ni ellos ni nosotros conseguimos hacer muchas ocasiones de gol. Jugando en Wembley, con un estadio repleto a favor de Inglaterra, era un poco peligroso porque normalmente el equipo de casa tiene un poco más de chance ambiental. Creo que hicimos un gran partido, pero perdimos», recuerda el exseleccionador español.
Aquel título se le escapó a España, igual que había pasado en el Mundial 94. «El título que estuvo más cercano fue el Mundial de Estados Unidos. Todas las selecciones nos daban como favoritos a nosotros, tenían miedo», asegura Clemente. El arbitraje fue muy casero, pero teníamos que ganar incluido el arbitraje. Un gran equipo, una gran selección pero con un mal ambiente de prensa por un lado y un arbitraje complicado», analiza el técnico vizcaíno.
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«Contra Inglaterra hicimos el mejor partido, pero nos tocó un árbitro francés que nos abrasó»
Dice Clemente que no recuerda los partidos cuando pasan pero se acuerda de todas las polémicas con la prensa que rodeaban a aquel equipo. «Yo decidí en Estados Unidos que la prensa estuviera con nosotros. Hubo un comportamiento exquisito y dije ‘‘vamos a repetir’’. Pero fue un error, porque gran parte de la prensa, sobre todo el grupo Prisa, fue a saco contra nosotros. Y la fase final fue muy incómoda», recuerda Clemente, que entonces daba una rueda de prensa diaria. «Yo entrenaba, estaba con los jugadores y después tenía media hora o una hora con la prensa. Pues la hora con la prensa yo iba a saco. El ambiente fue tan hostil que los jugadores decidieron presentarse un día en la rueda de prensa, se pusieron al fondo a escuchar los improperios que decían los de Prisa. De la Morena llegó a tal nivel que nos acusó de que quisimos comprar el partido de Albania. Y eso significaba que UEFA o FIFA te expulsaban del Europeo o del Mundial», se lamenta Clemente. «No me gustaba, pero si hay un grupo que son unos quinquis yo entro en la guerra con los quinquis. Si la pelea fuera otra, pero la pelea era verbal», añade.
«Dios, me encantaría romperte el micrófono en la cabeza»
Aunque la pelea casi pasa a las manos con Jesús Gallego, el redactor de la Ser. «Gallego ha mentido como un bellaco. Yo no le pegué, eso es un invento que se ha hecho Gallego y se hizo el mártir. Había una sala de acceso exclusivo para nosotros y dentro estaba Gallego haciendo una entrevista a Guillermo Amor. Le quité el micrófono y le dije “Dios, me encantaría rompértelo en la cabeza”. Y va Gallego y dice que le he querido pegar». Yo tenía luego Televisión Española y Matías Prats en el Telediario dice “es una vergüenza, que le has pegado a un periodista”. Y yo dije “de acuerdo, me tengo que disculpar, porque no es función mía amenazar a un periodista, pero no le he pegado’’. Matías Prats insistió otra vez. Y le dije “¿cuántas veces quieres que me disculpe?”», recuerda Clemente. Esto sí, con todo detalle.
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