Real Madrid
Un estadio de leyenda
Puede cambiar de nombre, de forma o de tamaño, pero la esencia continuará a lo largo del tiempo. Los estadios de fútbol son algo más que el escenario donde juega como local el equipo del aficionado. A lo largo del tiempo se crea una relación que se puede llamar sentimental entre el hincha y la que considera su casa. Y más en lugares como el Bernabéu. El actual estadio del Madrid nació a finales de los años 40 y con el tiempo ha ido cambiando, adaptándose a las épocas y siempre ha sido un lugar respetado y temido por los adversarios. Cuando Valdano introdujo en España la literatura en el fútbol, habló del «miedo escénico», un sintagma que hizo fortuna. Un adversario saltaba al césped y ya no importaba la ventaja con la que hubiese llegado o la experiencia que hubiera acumulado: el Bernabéu le impresionaba.
Fue en los ochenta cuando la leyenda del estadio alcanzó su punto máximo, con las remontadas de los equipos que luego se proclamaron campeones de la Copa de la UEFA. Antes, en la temporada 74-75, el Madrid jugó la vuelta de una eliminatoria de la Copa de Europa contra el Derby County después de haber perdido 4-1 allí. Ganó 5-1. En los ochenta se hizo costumbre. Los veteranos recuerdan ahora que si sucedía eso era principalmente porque en los encuentros de ida se jugaba muy mal y obligaban a la heroicidad después. Lo vivió el Inter de Milán dos veces, otra el Anderlecht belga, cuando era un equipo potente y pasó por encima un futbolista liviano que estaba escribiendo una leyenda: Emilio Butragueño. Lo sufrió el Borussia Mönchengladbach, que había ganado 5-1 en la ida y perdió 4-0 con un gol de Santillana en el último minuto. Se soñaba lo imposible y, sin duda, se conseguía.
Aunque ya existía antes, en esas remontadas se reforzó la comunión entre el equipo y la grada, se creó una fe en que todo es remontable que perdura aún hoy y que tiene en el estadio su lugar mítico. Sin tanta retórica, Juanito aseguró que noventa minutos en el Santiago Bernabéu son muy largos, y continúan siéndolo. El estadio ha pasado por muchas fases, desde las obras para acoger el Mundial de 1982 hasta la ampliación con las torres o una época en la que daba la sensación de que necesitaba una profunda remodelación y que vivió su punto más tragicómico en el partido de la Copa de Europa en el que en el fondo sur se cayó una portería. Con la llegada de Florentino Pérez, en el Bernabéu se llevó a cabo una reforma necesaria que modernizó su interior y lugares tan necesarios como los aseos. Se crearon los palcos vip y el estadio vivió una mejora sustancial para la comodidad de los aficionados.
Durante todas las modificaciones llevadas a cabo tanto por Santiago Bernabéu como por Florentino Pérez una de las reglas inamovibles ha sido que no se podían dejar de disputar partidos. Hacerlo de otro modo sería como si el aficionado no pudiese entrar en su casa.
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